viernes, 23 de marzo de 2007

Una nueva imagen de Jesus resucitado para la Semana Santa de Oviedo


Oviedo ya tiene una Semana Santa completa. La imagen del Cristo resucitado, obra de Vicente Santarúa, ha hecho posible la recreación a través de los pasos procesionales de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

La Catedral acogió ayer la bendición de la nueva escultura, un acto al que asistieron los miembros del cabildo, el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro; el alcalde, Gabino de Lorenzo, y representantes de la Junta de Hermandades y Cofradías de Oviedo. Colocado sobre una peana de madera, en la girola de la basílica, Osoro bendijo al Cristo Resucitado y destacó de la obra «su mirada infinita, que nos habla de un mundo más allá de lo que podemos ver los humanos».

La imagen, que saldrá en procesión el próximo domingo de Pascua, es un encargo del Ayuntamiento a Santarúa con destino a la Junta de Hermandades. Por esta razón el Cristo Resucitado saldrá el próximo día 8 sobre un paso rodado con faldón azul que empujarán miembros de todas las cofradías de la ciudad. Lo hará por la Corrada y recorrerá, entre otras, la plaza de la Catedral, la plaza Porlier, las calles San Francisco, Fruela y Jesús, la plaza de la Constitución y las calles Cimadevilla y San Antonio para regresar, en torno a la una de la tarde, a la Catedral.

Las procesiones de Semana Santa continúan hoy, a las ocho y media de la tarde, con la de la Cofradía del Silencio y Santa Cruz. La estación procesional saldrá de la iglesia de Santa María La Real de la Corte y recorrerá las calles Feijoo, San Vicente, Jovellanos, Porlier, la plaza de la Catedral, Santa Ana, el tránsito de Santa Ana y la Corrada del Obispo para regresar, en torno a las diez y media de la noche, al templo.

Este año, adelantó ayer el abad de la Cofradía del Silencio y Santa Cruz, Alfredo Pérez de la Mata, «en la procesión se recuperará la imagen de la Virgen de la Amargura que se guarda en la Corte y que no procesionaba desde el año 1967». Por esta razón, añadió, «el paso estrenará un trono nuevo, la candelería y la Virgen, el vestido y la mantilla».

Fuente: La Nueva España

La hermandad de los estudiantes de la Tenderina echa a andar


Llevan semanas ensayando de noche. Miden sus fuerzas y su resistencia para poder cargar con la imagen del Cristo de la Misericordia como lo hacen los costaleros en el sur de España. Ellos son pioneros en el Norte. «De Madrid a aquí no hay nadie que lleve así un paso», asegura Carlos Gustavo Pérez, uno de los cuarenta costaleros que hoy en torno a la una y media de la tarde saldrán de la iglesia de San Javier, en la Tenderina, con el paso del Cristo de la Misericordia.

Son las once de la noche del viernes y en una cochera de la calle San Melchor, en los Dominicos, hay muchos más jóvenes de lo habitual. No han quedado para salir de copas, sino para ensayar. Se trata de soportar sobre el cuello de todos ellos los 600 kilos que pesa la imagen y la estructura sobre la que va apoyada, colocándose en la cabeza el costal, un pedazo de arpillera que lleva enrollado un cilindro almohadillado, la «morcilla».

«De esta forma el peso recae sobre el cuello», comenta Pérez mientras repasa los últimos detalles de la parihuela, una estructura de madera de de 4,20 x 2,10 metros y sobre la que se colocará la imagen del Cristo, que los propios costaleros sacarán del templo a hombros. Con ocho «trabajaderas» o travesaños de madera, la clave para transportar la imagen es repartir las fuerzas entre los cinco costaleros de cada una de ellas, ataviados todos ellos con una faja para proteger los riñones.

Sobre la parihuela, elaborada en la localidad jienense de Torredonjimeno por el prestigioso imaginero José Miguel Tirao Carpio, los costaleros tienen pensado procesionar desde la iglesia de San Javier, por la calle López del Vallado, Comandante Janariz y la avenida de Torrelavega, un itinerario de más de un kilómetro.

La idea de acercar la tradición sevillana a la Semana Santa ovetense a través de la introducción del costalero se gesta en 2001, cuando un grupo de incondicionales de las procesiones sevillanas funda la Agrupación Musical San Salvador de Oviedo y la banda de música del mismo nombre, formación que rescata los sonidos del Sur en estas fechas.

Su esfuerzo se traduce después en la invitación por parte de la Hermandad de la Macarena de la Semana Santa sevillana a dos de los socios a un congreso de capataces y costaleros, siendo ellos los únicos de otra provincia en participar. Y el sueño de importar la tradición sevillana se convierte en obsesión. «Decidimos sacar en procesión al Cristo de la Misericordia como costaleros, algo muy distinto a lo que hasta ahora se ve en Oviedo, con imágenes pujadas a hombro o sobre ruedas», comenta Carlos Gustavo Pérez, al tiempo que repone fuerzas con un trozo de bizcocho, receta sureña, e invita a un poco de la limonada, tradicional en estas fechas.

Comienza a llover a medianoche, pero el grupo no desiste y procesiona con la parihuela desde los Dominicos hasta la plaza del Ayuntamiento. El año pasado sacaron en procesión por primera vez al Cristo, aunque sin andas. Este año lo harán con parihuela y para el próximo estudian convertirse en hermandad. La llamarán «la de los estudiantes» por la juventud de sus miembros.

Fuente: LNE

Comienzan las obras para mejorar la plaza de la Gesta


Las obras de urbanización de la plaza de La Gesta, donde actualmente se construye un aparcamiento subterráneo de tres plantas, avanzan rápidamente y, mientras continúan los trabajos bajo el nivel del suelo se inician las labores de pavimentación en la parte posterior de la iglesia parroquial.

El proyecto de urbanización fue objeto de debate entre los vecinos de la zona, que rechazaron la colocación de una pérgola acristalada en el centro de la nueva plaza y la eliminación del arbolado. Finalmente, el Ayuntamiento corrigió el proyecto, incorporando algunas de las exigencias de los residentes en la zona.

En la fotografía, trabajos tras la red del cercado para levantar el enlosado existente.

Fuente: LNE

Fallece Luis Riera Posada


Todos tenían ayer un recuerdo para este hombre atildado, risueño y menudo, del que destacaban su altura profesional -fue abogado, encabezando un equipo de letrados y ocupando cargos directivos en el Colegio- y la huella que dejó en las numerosas responsabilidades que ocupó en una vida larga y activa: presidente de la SOF, presidente del Centro Asturiano, impulsor del baloncesto en Asturias, deporte que le gustó practicar y de cuyo club Domo era presidente honorífico. Fue también vicepresidente del Real Oviedo, en la época en que el equipo subió a Primera División.

Luis Riera Posada nació un 11 de abril de 1923 en Infiesto y comenzó a ejercer la abogacía en Oviedo en 1947. En 1958 entró por primera vez en la Corporación municipal como concejal. También fue diputado regional, en representación del Ayuntamiento.

Dicen que en Limanes, pueblo ovetense de su familia, se presentó una vez como alcalde pedáneo, y sólo obtuvo un voto. «Contaba siempre que cada vecino le decía que él era el que le había votado», recuerda Aida Oceransky, reflejando un aspecto que todos destacan: su sentido del humor. «Era muy extravertido, debía de ser la persona que más chistes sabía del mundo», dice José María Fernández del Viso, concejal en distintas corporaciones, de antes y después de la democracia, que mantuvo una intensa relación con Luis Riera, desde que a los 24 años lo nombrara directivo de la SOF.

Esa faceta es recordada por el ex dirigente de UCD y presidente de los constructores asturianos, Serafín Abilio Martínez. «Destacaba por su simpatía. Siempre alegre, nunca con mal humor, siempre con el chiste, la anécdota, o cuando te venía con un problema, el mismo talante.

Era un hombre muy comprometido. Un personaje muy singular, con muchas preocupaciones sociales». De esta afirmación da fe el hecho de que renunciara a su primer sueldo como alcalde y entregara la dieta que cobraba, de 10.200 pesetas, a la Cocina Económica.

Serafín Abilio Martínez fue una de las personas que le animaron a meterse en política, cuando era secretario general en Asturias de UCD. «Tuvimos una reunión en el Ramiro y le insistimos mucho. Aceptó, y con él acertamos».

La huella que dejó en Oviedo este piloñés de nacimiento fue reconocida por el Ayuntamiento con la concesión, en 1994, del título de hijo adoptivo de la ciudad, que se suma al que le dio también su concejo natal, como hijo predilecto. Una calle, entre Vallobín y Ciudad Naranco, lleva su nombre.

De su paso por la Corporación queda en el recuerdo la polémica con el PSOE por la construcción del Carlos Tartiere. Luis Riera consiguió que Oviedo fuera sede del Mundial de fútbol de 1982, con cuyos créditos se pudo remodelar el estadio.

Él, sin embargo, de su trayectoria política se quedaba con el logro de haber conseguido garantizar el suministro de agua a Oviedo, que cada verano sufría cortes de abastecimiento.

Se mantuvo activo hasta el último momento, y muchos ovetenses pudieron disfrutar de su humor chispeante y de sus dotes de gran conversador en la radio, de la que fue asiduo colaborador en una tertulia que reunía a veteranos de la política asturiana.

También fue un hombre con un profundo sentido religioso -estuvo vinculado a la sociedad protectora de La Balesquida- y muy unido a su esposa, María del Buen Suceso Lavilla, de la que había enviudado hace unos años, un duro golpe que le costó superar.

Ayer, su vinculación con la Iglesia se dejó notar en la presencia del arzobispo, Carlos Osoro, que rezó por él en su capilla ardiente, que vuelve a abrirse hoy a las diez de la mañana.

Fuente: LNE

Jovellanos XXI recibira el "ovetense del año" el proximo 26 de abril


La sociedad Jovellanos XXI recibirá el jueves 26 de abril el premio «Ovetense del año» 2006, que concede la revista «Vivir Oviedo». El galardón se entregará en una cena homenaje que se celebrará en el hotel Reconquista.

«El jurado de este galardón decidió otorgar el premio "Ovetense del año" 2006 a Jovellanos XXI por impulsar una iniciativa transformadora para Oviedo y para Asturias, ya que los equipamientos que Santiago Calatrava ha diseñado para esta empresa constituirán un hito arquitectónico para la ciudad y el Principado», señala textualmente el comunicado difundido por los organizadores.

A partir del lunes 9 de abril, las personas, instituciones o empresas que deseen sumarse a este homenaje pueden adquirir las invitaciones en el mismo hotel, en horario de lunes a viernes, de 10.30 a 13.30 y de 16.30 a 19.30 horas.
Don Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias, fue el primero en recibir este galardón, y el año pasado fue doña Letizia «ovetense de honor».

Entre los premiados figuran el ex ministro Francisco Álvarez-Cascos; Jesús Sáenz de Miera, presidente de Capsa; el oftalmólogo Luis Fernández-Vega Diego; Severino García Vigón, presidente de FADE, o la Asociación de Amigos de la Ópera.

Fuentes: LNE

Las nevadas mantienen los puertos cerrados


La nieve volvió a azotar ayer la región en cotas relativamente bajas, de forma que siete puertos de montaña quedaron cerrados al tráfico y en otros dieciséis se requería el uso de cadenas. La incidencia más importante fue el cierre para camiones de la autopista del Huerna a la altura de Pola de Lena, aunque la Guardia Civil organizó a lo largo del día varios convoyes con quitanieves para facilitar el paso entre la región y la Meseta. Volvieron a registrarse fuertes vientos en la costa, aunque no se produjeron los estragos de días pasados.

A primera hora de la tarde se mantenían los problemas iniciados en la medianoche del martes en el Huerna. En el puerto de Pajares también hubo problemas por la nieve, y desde la tarde del lunes se precisa el uso de cadenas para poder circular tanto en la vertiente asturiana como en la leonesa, con restricciones en el paso de camiones y autobuses.

A primera hora de la tarde de ayer había diez puertos de montaña y cuatro carreteras cortadas, además de los accesos a la localidad cántabra de Tresviso, mientras que era necesario usar cadenas para circular por otros 13 pasos de montaña y por 24 vías de la red secundaria. Los puertos cerrados al tráfico fueron los de la Marta, Connio, Leitariegos, Tarna, La Cubilla, Arnicio y Ventana, mientras que el uso de cadenas era obligatorio para circular por los de Cerredo, San Isidro, Bustantigo, Somiedo, Lavadoira, el Palo, Valvaler, Pozo de las Mujeres Muertas, Rañadoiro, Alto del Campillo, El Acebo, Alto Ortiguero, el Fito, La Cobertoria, San Lorenzo y Campa del Río.

Los concejos más afectados por el temporal fueron los de Cangas del Narcea -con siete carreteras cortadas-, Allande y Ponga, con cinco carreteras cerradas al tráfico en cada uno de estos dos concejos. También quedaron cortadas algunas vías en Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Lena, Llanes, Onís y Peñamellera Alta.

El barco «Grenland», encallado desde hace más de un año a la entrada de la ría de Avilés, sufre también las consecuencias del temporal, ya que el agua llega por popa hasta la altura de la cubierta.

Fuente: LNE

El ultimo adios a Luis Riera, con aplausos en la Catedral


El repique de las campanas de la Catedral, un respetuoso aplauso de centenares de personas y los primeros sones del «Asturias, Patria Querida», interpretado por la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo», recibieron ayer el féretro de Luis Riera Posada, primer alcalde democrático de la ciudad, en la plaza de Alfonso II. El coche fúnebre había llegado momentos antes, escoltado por una unidad motorizada de la Policía Local. Seis agentes con el uniforme de gala portaron el ataúd hasta el interior de la basílica, donde se ofició el emotivo funeral de cuerpo presente. La familia de Riera -que fue recibida a las puertas del templo por el canónigo y capellán del Centro Asturiano José Franco Baizán- siguió sus restos mortales hasta el altar mayor, donde a la bandera de Oviedo que cubría el féretro se añadió en ese momento el bastón de mando de la ciudad.

El arzobispo emérito, Gabino Díaz Merchán, presidió la eucaristía, cooficiada por el deán, Ángel Pandavenes, y una veintena de sacerdotes y cantada por la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo». Díaz Merchán disculpó la ausencia del arzobispo, Carlos Osoro, que se encontraba fuera de Asturias.

La Catedral se llenó de fieles e incluso muchos siguieron de pie la eucaristía. Los primeros bancos de la nave central fueron ocupados por familiares -sus hijos Luis, Margarita, María e Isabel, consortes y nietos del fallecido- y representantes políticos. El alcalde, Gabino de Lorenzo, compartió asiento con los de Piloña, Roberto Pérez, y Llanera, José Avelino Sánchez, con el ex alcalde Antonio Masip y el presidente del Colegio de Abogados de Oviedo, Pedro Hontañón. Junto a ellos, la cronista oficial de la ciudad, Carmen Ruiz-Tilve; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Javier Vidau; el vicerrector Santos González en representación de la Universidad de Oviedo, y Miguel Alcañiz, coronel jefe del Acuartelamiento Cabo Noval.

Gabino Díaz Merchán exaltó en su homilía «la simpatía y el buen obrar en su actividad profesional y ciudadana» de Luis Riera, cualidades que, añadió, le granjearon el «general respeto». Aludió también el arzobispo emérito a su reconocida fe, de la que daba testimonio público con su participación en Acción Católica. «Vivió como cristiano y trató de actuar como fiel hijo de la Iglesia en situaciones difíciles y comprometidas».

La suya, señaló Díaz Merchán, ha sido una muerte «muy sentida por toda clase de personas, que le han tributado su homenaje, lo que ahora está siendo motivo de consuelo para su familia». Tras reconfortarles y recordar que el funeral de Luis Riera «tiene por objeto celebrar el paso decisivo de la vida temporal a la eterna», el arzobispo emérito indicó que «nuestra vida toda está unida a Jesús; pedimos que se perdonen sus faltas y pecados para que pueda presentarse en el cielo con la limpieza que se requiere».

Díaz Merchán concluyó pidiendo la intercesión de la Santina, «de la que Luis fue tan devoto», y recordando que la Iglesia celebraba ayer la Anunciación, «un motivo especial para confiar en la intercesión de la Virgen en favor de nuestro hermano».

Fuentes. LNE

Fervor costalero en la tenderina


«¡Viva el Santo Cristo de la Misericordia y que vivan los costaleros! ¡Ánimo, al cielo con ella!». Podía haber sido la arenga del capataz de la Macarena en Sevilla, pero lo fue a las puertas de la iglesia de San Francisco Javier en la Tenderina.

Pasada la una y cuarto de la tarde, tras la misa de bendición de ramos, cientos de fieles se arremolinaron a las puertas del templo para acompañar al Cristo de la Misericordia en procesión. La ocasión lo merecía.

Por primera vez, este año la imagen procesionó sobre una parihuela, una estructura de madera de estilo andaluz bajo la que se escondían cuarenta costaleros. Fueron algunos de ellos los encargados de sacar del templo a hombros la imagen de Nuestro Señor crucificado y, bajo una lluvia de pétalos de flores, colocarla sobre el paso, decorado con cirios y claveles, en una ceremonia aderezada por los aplausos de los asistentes y la bendición del párroco de San Francisco Javier, Alberto Reigada, quien bajo un cielo soleado tomó el hisopo para de bendecir la parihuela y recordar a los presentes la muerte de Cristo «por todos nosotros».

Bajo los acordes de cornetas y tambores de la Agrupación de San Salvador, se escucharon los tres aldabonazos del «martillo», un cruz colocada en lo alto de la parihuela y con la que el capataz da la orden de salida a los costaleros. Ataviados con deportivas, vaqueros y faja negra para proteger los riñones, escondidos bajo un faldón azul, los jóvenes se colaron bajo la parihuela y tras recibir el ánimo de los asistentes alzaron «¡al cielo!» la imagen.

En torno a las tres y media de la tarde, la imagen regresaba al templo y era introducida bajo los sones de una saeta.

Fuente: LNE

Oraciones por el Rey Casto, primer alcalde de Oviedo


El responso por el eterno descanso del rey Alfonso II el Casto, en el 1165.º aniversario de su fallecimiento, se celebró ayer, 20 de marzo, como manda la tradición. La Catedral acogió los actos religiosos, que se iniciaron con una misa solemne, presidida por Agustín Hevia Vallina, canónigo archivero, y cooficiada por el deán, Ángel Pandavenes, y los canónigos José Manso, Ramón Platero y José Luis González Vázquez.

Durante la homilía, Hevia Vallina recordó a su antecesor, el canónigo Raúl Arias del Valle, que fue el impulsor de la recuperación de estas celebraciones con las que se recuerda al monarca, fundador y primer alcalde de la ciudad. También hizo un repaso histórico de la figura del rey Casto y de la importancia de las peregrinaciones a Santiago de Compostela.

Un centenar de fieles y una representación municipal que encabezó el alcalde, Gabino de Lorenzo, acompañado por la mayor parte de los concejales del equipo de gobierno, asistieron a la celebración.
La misa, en el altar mayor de la Catedral, y el rezo del responso, sobre el sepulcro de Alfonso II, en la capilla de Santa María del Rey Casto, fueron cantados por el coro de monjas benedictinas del monasterio de San Pelayo, cuyas voces se escuchan desde el vecino monasterio.

La ciudad mantiene viva así la memoria de su fundador y sigue fiel a su última voluntad, la de que cada año, coincidiendo con el aniversario de su fallecimiento, se rece por su eterno descanso. El responso reúne cada año a un puñado de incondicionales, entre los que no faltaron en esta ocasión el ex concejal popular José María Fernández del Viso, que llegó a costear el acto de su propio bolsillo un año en el que la celebración se vio comprometida, y Rodrigo Grossi.

La celebración del responso en memoria de Alfonso II el Casto es sufragada por el Ayuntamiento. Desde hace años, el Consistorio ovetense y el cabildo mantienen un convenio en el que a cambio de 36.000 euros anuales el Ayuntamiento puede hacer uso de la basílica en determinadas fechas.

Fuente: LNE

Por Llamaquique tendran que pasar todos los trenes de cercanias


La estación de Llamaquique abrirá mañana sus puertas con un acto de inauguración, aunque su funcionamiento real no comenzará hasta el miércoles. En la estación pararán todas las líneas de cercanías de Renfe, es decir, Puente de los Fierros-Gijón, El Entrego-Oviedo y Oviedo-Avilés-San Juan de Nieva, según explicaron a este periódico fuentes de Renfe.

El acto de inauguración contará con la presencia del delegado del Gobierno, Antonio Trevín; el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y del director general de explotación de la infraestructura del Administrador de Infraestructuras ferroviarias (Adif), Manuel Benegas.

A la cita faltará la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que hace unas semanas prometió su presencia, aunque al final no estará hoy en Oviedo para la apertura de la estación.

El Ministerio de Fomento ha invertido 17,4 millones en la construcción de esta estación subterránea, que cuenta con una atracción de 20.000 personas y una población de 40.000 habitantes en el entorno. El resultado es que la demanda media de la estación será de 18.624 viajeros al día, según Fomento.

Las vías discurren a 18 metros de profundidad, a través de un túnel con dos andenes; un vestíbulo principal, a 7 metros de profundidad, con los servicios de venta y atención al cliente. El vestíbulo tiene una superficie de 885 metros cuadrados.

El acceso en superficie consta de un módulo acristalado, con planta rectangular y un torreón cilíndrico que posibilita la entrada de luz natural natural a los niveles inferiores. El módulo dispone de una escalera en espiral, dos escaleras mecánicas y un ascensor panorámico para personas con movilidad reducida. Fomento ha repuesto la zona verde existente en las inmediaciones del acceso a la estación.
La construcción de la estación se ha visto inmersa en dos polémicas durante las últimas semanas. El cambio de nombre propuesto por la ministra, de Llamaquique a Clara Campoamor, cuestión rechazada por los vecinos y el Ayuntamiento, y la retirada de la placa que puso Francisco Álvarez-Cascos con motivo de la instalación de la primera piedra cuando era ministro de Fomento.

Fuente: LNE

Un boleto de la bonoloto sellado en Oviedo


Un boleto de la bonoloto sellado en Oviedo resultó agraciado en el sorteo de ayer con un premio de 198.820 euros. En concreto, el boleto acertante fue validado en el despacho situado en el número 62 de la calle Uría.

El premio de Oviedo fue el único de segunda categoría (cinco aciertos más el complementario) del sorteo de ayer. De primera categoría no hubo boletos acertantes, por lo que se generó un bote de 372.788 euros, que se pondrá en juego en el sorteo de la bonoloto de hoy miércoles.

La combinación ganadora correspondió ayer a los números 17, 29, 46, 33, 31 y 36, complementario 40 y reintegro 8. La recaudación del sorteo ascendió a 2.553.579 euros.

Fuente: LNE

Japon se rinde a la Sinfonica de Oviedo


Japón se rindió ante la Orquesta Sinfónica «Ciudad de Oviedo» (OSCO) en su debut en el Tokio Bunka Kaikan. Repetía el concierto que ofreció el pasado 25 de febrero en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo con Edita Gruberova, pero el éxito fue mayor. Lo que se vivió en la sala sinfónica del inmenso auditorio -para 3.000 localidades- fue una auténtica catarsis que los músicos asturianos vivieron con responsabilidad y alegría. La reacción del público fue de un entusiasmo creciente que terminó con dos bises y media hora de ovaciones entusiastas que compartieron todos los músicos y con el auditorio en pie.

Al final, tanto el titular de la formación, Friedrich Haider, como Edita Gruberova e Iván Paley tuvieron que atender a más de doscientos aficionados que guardaron cola durante más de una hora para obtener autógrafos y felicitar a los intérpretes.

Un primer detalle que llamó la atención, en un país en el que la puntualidad es casi una religión, fue el comienzo del concierto con diez minutos de retraso. ¿El motivo? El Tokio Bunka Kaikan está situado en pleno parque de Ueno, uno de los lugares emblemáticos de la capital nipona, en un complejo arquitectónico diseñado por Le Corbusier, y en el que, además de la sala de conciertos, se sitúan los principales museos, templos y un inmenso parque, en el que, durante esta semana, se produce un espectáculo que concita la atención de miles de personas, la floración de los cientos de cerezos que lo pueblan.

Como el concierto se celebró el domingo a las dos de la tarde, una ingente masa humana retrasaba la llegada al mismo pese a una organización minuciosa. Eso sí, una vez pasados esos diez minutos de cortesía se inició la sesión con un público expectante y silencioso -apenas se escucharon toses.

W. A. Mozart ocupó la primera parte de la gala lírica con la obertura de «El empresario» y la endiablada «Marten aller Arten» de «El rapto en el serrallo», con la que Edita Gruberova abrió sesión de manera soberbia. A continuación, el barítono argentino Iván Paley interpretó con corrección «Deh vieni alla finestra» de «Don Giovanni» y luego ya Donizetti tomó el relevo con una obertura de «Roberto Devereux» magníficamente interpretada y toda la escena de la locura de «Lucia di Lammermoor», en la que se ya se produjo la primera y rotunda apoteosis por parte del público, con casi diez minutos de ovaciones.

En el descanso, buena parte de los asistentes recogían los folletos informativos sobre Oviedo que se distribuyeron en los accesos a la sala. Se trataba del folleto de la Oficina Municipal de Congresos, traducido a ocho idiomas y en el se muestra una colección de fotos de la ciudad con su cultura, historia, gastronomía y naturaleza.

El concierto se reanudó con la obertura de «Norma» de Vincenzo Bellini, también braveada y con el «Casta Diva» de la misma ópera a la que Gruberova le dio mayor intención y calado que en su concierto de Oviedo. Dos pasajes orquestales de E. W. Ferrari supusieron un remanso para llegar al tramo final del concierto, en el que Iván Paley ofreció su segunda intervención, el aria de Malatesta de «Don Pasquale» de Donizetti, y Edita Gruberova terminó en clamor con el aria de «Beatrice di Tenda» de Bellini.

Fue en este tramo final en el que la emoción del público se desbordó y varios espectadores se acercaron al escenario para dar ramos de flores a la soprano y, tras las dos propinas -Donizetti y Strauss- decenas de fans se precipitaron al borde del escenario para saludar a la cantante y estrecharle la mano.

La satisfacción de los músicos al término del concierto era total. Para ellos ha supuesto uno de los mayores éxitos artísticos de la formación desde que se creó, tanto por el resultado de la velada como por la relevancia del ciclo de conciertos. Para el viola ovetense Juan Ruiz de la Peña, «ha sido uno de los días musicalmente más importantes como orquesta y, desde luego, para mí también desde el punto de vista profesional. Ha sido emocionante ver la respuesta que el público ha tenido con Edita Gruberova y con la propia orquesta».

También el titular de la formación, Friedrich Haider, compartía alegría al final del concierto. «Tenía especial empeño por traer aquí a la OSCO, a un ciclo importante, para que se pueda contrastar en todo el mundo que estamos ante una formación capaz de competir internacionalmente, que ofrece garantías y que es una excepcional embajadora cultural de la ciudad de Oviedo. Ese es mi empeño, que se conozca en el mundo el alto nivel musical de Oviedo».
Tokio, C. M.

Uno de los aspectos más complejos del viaje de una orquesta siempre es el hecho de tener que llevar los instrumentos, sobre todo los de mayor tamaño. En este sentido, los violonchelos y la percusión, por ejemplo, han de viajar en un compartimento aparte y, por los diversos azares de las compañías aéreas, los violonchelos no llegaron a tiempo como el resto de los instrumentos. Pero la eficacia nipona pudo con todo y para salvar el primer ensayo se consiguieron de manera inmediata seis violonchelos, que se alquilaron a jóvenes músicos. Para la segunda prueba, ya sí, tenían listos sus propios chelos.

Si sorprendió la eficacia organizadora, aún más lo hizo el que bastantes espectadores acudiesen al concierto con mascarillas. Es costumbre que las usen las personas con resfriados para no contaminar al resto del público.

Fuente: La Nueva España

¿Como sera el Oviedo del siglo XXI?


«Oviedo debería ser una ciudad abierta al mundo, con una mentalidad de abrirse a las tendencias de todo tipo. No debe pasar lo mismo que ocurrió en el siglo XX, que fue una ciudad cerrada, como la antigua Vetusta. Debe ser una ciudad hospitalaria, no en vano cada vez vienen más turistas, y deben ponerse en marcha más actividades lúdicas durante todo el año. Y, por supuesto, la ciudad ovetense debe ser generadora de empleo para que los jóvenes no se tengan que ir y puedan promocionarse aquí. Y más apoyo al folclore y a la llingua».

«En este siglo que ya ha arrancado, Oviedo debería ser una ciudad segura, cómoda, amplia, sin contaminación acústica y medioambiental. En lo que respecta al barrio que represento, existe una serie de reivindicaciones ya antiguas que no se cumplen porque las administraciones se pasan la pelota unos a otros. A los vecinos no nos importa quién pague las obras y las mejoras, sólo queremos que se hagan. En las disputas políticas los únicos perjudicados somos los ciudadanos».

«No deberían dejarse de lado las infraestructuras, gracias a ellas se ha adelantado mucho en la ciudad. Oviedo ha adelantado mucho en el continente, pero todavía tiene que mejorar en el contenido. Y me refiero a la vida cultural. La ópera y la zarzuela están muy bien, pero se necesita más dinamismo y una programación abierta a un público más amplio. En este punto, cabe decir que se están llevando a cabo muchas iniciativas privadas, muy valiosas pero limitadas. Es cierto que ha vuelto el Festival de jazz, pero yo echo en falta más actuaciones en vivo».

«Revisionistas como estamos, se me antoja difícil incluso predecir el pasado. ¿Qué fuimos? ¿Fue noble el Reino de Asturias? ¿Fue casto Alfonso II? ¿Podemos presumir de nomenclátor callejero? ¿Cómo es Oviedo? ¿Empuja a la vulgaridad o a la extravagancia? ¿Es finolis? Me gustaría una ciudad llena de jóvenes trilingües (además del bable), bibliotecas en las terrazas, librerías de viejo y de nuevo en cada esquina, casas de encuadernación, olor a pegamento, calles con nombres de novela, itinerarios marcados en las aceras para visitar barrios imaginarios...»

Fuente: Pepe Monteserín

Alfonso II, el Casto, merece mas


No fueron fáciles los primeros años de la vida de Alfonso II el Casto. Nacido en Oviedo, que había fundado su padre, Fruela, las intrigas de quienes mal miraban a su hijo, temerosos de que heredase la ferocidad de su padre, le apartaron del trono prefiriendo por rey al gris Aurelio, al que se le rebelaron los siervos. Murió en San Martín, donde la leyenda dice que fue enterrado.

Era el primero de los cuatro reyes espurios que apartaron al Casto del trono; el segundo fue Silo, casado con Adosinda, hija, como Fruela, de Alonso I el Católico, y tía del príncipe Alfonso. A la muerte de Silo la corona fue usurpada con violencia por Mauregato, hijo bastardo de Alonso I, tras levantarse con la ayuda de los moros contra su sobrino Alfonso, que tuvo que huir para ponerse a salvo. Alfonso el Casto por fin fue ungido rey el 14 de septiembre de 791, que Oviedo celebra en la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, sustituyendo a su tío Bermudo el Diácono.

En los 51 años que iba a durar el reinado del rey Casto, éste combatió con éxito a los invasores árabes, a los que expulsó de un amplio territorio, y «refundó» Oviedo, «donde nació y renació», o fue bautizado. Ciudad que mereció su atención, según nos relata la crónica, «entre las obras que se cuentan de este rey, una es haber ennoblecido a la ciudad de Oviedo, edificando en ella muchas iglesias y monasterios, y haciendo tales fábricas que desde entonces pareció ser corte, según la adornó y autorizó, y así fue el primero que se intituló rey de Oviedo, que los demás no se habían tenido sino de reyes de Asturias. Ya en tiempos pasados, su padre, el rey Fruela, había comenzado la ciudad, (...), pero no se preciaban los que gobernaban a Asturias del título de reyes de Oviedo hasta que con los acrecentamientos y adornos que puso en su mano el rey D. Alfonso el Casto, se hizo tan ilustre ciudad, que tuvieron por bien los sucesores de llamarse reyes de Oviedo».

En efecto, Alfonso el Casto dotó a Oviedo de iglesias, monasterios, de una sólida muralla defensiva y un espacioso palacio real. Encañó el agua desde los manantiales del Campo del Moro, en la Granda del Anillo de Los Arenales, que llevó abundante a los vecinos del burgo y a los reales palacios. Creó el obispado, metropolitano en principio, y en esta ciudad estableció una corte a semejanza de la visigótica de Toledo, confiriendo al incipiente reino leyes y moneda. Los montaraces y aguerridos dignatarios, que hasta entonces se titulaban príncipes, comenzaron a usar el más propio de reyes de Oviedo.

Siempre me pareció que Oviedo estaba en deuda de agradecimiento con este monarca porque no tenía siquiera un título de calle o plaza que llevara dignamente su nombre. Cierto es que había un Instituto de Enseñanza media denominado como tal, y también una plaza, en lo más noble de la ciudad. Pero ésta era más conocida, por la fuerza de la lógica, como de la Catedral; además, estaba disminuida por el lado de Poniente por el tramo de la calle de la Rúa y al Norte por la de Eusebio González Abascal, título que, contra toda lógica urbanística, comprende el tramo desde la plaza de Porlier hasta la calle del Águila.

Recuerdo cómo Luis Alberto Cepeda, gran admirador del rey, lamentaba la falta de grandeza municipal ignorando a Alfonso el Casto y no dándole el nombre a una gran avenida que tuviese futuro urbanístico, como podía haber sido la de la urbanización de La Florida u otra semejante. En aquella tertulia de apasionados por Oviedo quedó bastante claro que este rey, al que ya denominábamos como «el mejor alcalde que haya tenido Oviedo», necesitaba un recuerdo más acorde con lo que había hecho por la ciudad. Esto coincidía en el tiempo con que yo estaba acotando en fichas los tres tomos de «La crónica general de la Orden de San Benito», escrita entre el final del siglo XVI y principios de XVII por el fraile Antonio de Yepes, en donde en la página 397 refería que uno de los monasterios fundados por Alfonso II el Casto había sido el de San Juan de las Dueñas, después titulado de San Pelayo. Allí explicaba:

«Se precian tanto las monjas de este sagrado monasterio porque en memoria del rey fundador hacen cada año un aniversario, cantando una vigilia con su misa por el alma de D. Alfonso el Casto el día de San Ildefonso, en el cual también la iglesia mayor tiene el mismo cuidado cantando una solemne vigilia y misa de réquiem, y al cabildo acompaña el corregidor y regimiento de la ciudad; después los unos y los otros, así los canónigos y las monjas, van a decir los responsos a la sepultura del rey D. Alfonso el Casto; ellos entran en la iglesia de Santa María, a los pies de ella, donde está el rey enterrado con otros reyes, y ellas cantan el responso en su claustro, cuya pared es la misma que la de la iglesia de Santa María, donde antiguamente hubo puerta, por donde los monjes iban a decir las horas (canónicas), y se oyen las voces y música que en ambas partes se cantan, y las monjas perciben el responso que dice la iglesia mayor y la ciudad al rey Casto, y ellos aguardan a que las monjas digan, asimismo, el responso y cumplan sus obligaciones (É)».

Pensando en hacer un acto cívico de homenaje a Alfonso el Casto, asociado a la función fúnebre del responso, el texto era como un guión adecuado al fin que nos proponíamos: unir lo laico y popular a lo religioso.

La idea de recuperar el tradicional funeral fue enriqueciéndose con abundancia de datos que contenían los archivos de la Catedral, del Ayuntamiento y del Histórico Provincial de la calle del Águila. Uno de ellos, principal para el rigor del acto, era datar la muerte del monarca. Fue una exigencia del siempre purista Joaquín Manzanares. En efecto, aunque se había producido alguna discusión sobre esta fecha, la diligencia con que actuó el canónigo archivero D. Raúl Arias facilitó como dato indiscutible el 20 de marzo de 842. El mismo canónigo, entusiasmado con lo que se estaba preparando, escribió la oración fúnebre que aún se dice, que deseamos no sufra alteración, tanto por el amor con que recuerda a los reyes, reinas e infantes, como porque su aportación sirva para el recuerdo del gran hombre que amó casi tanto a Oviedo como a su entrañable Ribadesella.

El aspecto musical resultó un problema complicado. Se pretendía que las monjas benedictinas de San Pelayo cantasen su responso desde el «claustrillo», como antaño, como explicaba el libro de Yepes, para ser escuchado en la capilla de Santa María del rey Casto, con los asistentes guardando respetuoso silencio. Pero la ciudad, mucho más ruidosa, impedía que llegase el cántico de las monjas, dificultado además por la configuración arquitectónica moderna, desaparecidos los amplios ventanales sustituidos por gruesos muros de mampostería. La misma capilla prerrománica, humilde pero cargada de historia, la había convertido el obispo Reluz, a principios del siglo XVIII, en una sólida construcción recargada en exceso y con pretensiones de basílica.

Cabía la posibilidad de que las monjas acudieran a la Catedral a cantar. Las rigurosas normas canónicas de la clausura se habían atenuado bastante con el tiempo y las entrañables «pelayas» hasta estaban dispuestas a hacerlo por cariño a «su» rey. Se resolvió el problema con una solución intermedia: se instaló un eficaz sistema de megafonía, con tan excelente resultado sonoro que algunos asistentes buscaban el emplazamiento de las monjas, creyendo que estaba en el propio recinto de la capilla. Se dieron cuenta cuando hubo una ligera confusión en los tiempos -no había enlace de retorno por abaratar costes-, al solaparse un rezo en la capilla con la entrada de un dulce y triste miserere cantado desde el monasterio.

El pago de este artilugio fue la única aportación económica municipal al acto, que suponemos haya cobrado el técnico, amigo y con quien discutimos el precio hasta rebajarlo a un coste casi simbólico. Es de suponer que haya cobrado porque al menos nunca nos reclamó nada. Aunque, para ser completamente honestos, debemos decir que Antonio Masip también ordenó pagar tres candelabros de bronce, cuya elección hizo Charo, miembro de la Asociación de Amigos de la Catedral y propietaria del desaparecido comercio Casa Collado, de la calle de San Antonio. Ahora están depositados en la sacristía de la Catedral, en espera de tiempos mejores, cuando se vuelva a colocar los velones ante la tumba del rey, si es que se recupera la tradición algún día.

Sorprendía que en cada aniversario apareciese el panteón real delicadamente adornado con flores. Nadie se explicaba de dónde podía salir el dinero para semejante gasto. El secreto, compartido por los íntimos, era que el fiel Infanzón, que Dios haya, diligente empleado catedralicio, seleccionaba y recuperaba las flores más hermosas de la boda de fecha anterior al funeral y las disponía con exquisito arte en el recinto funerario. Lo hacía con especial cariño, con aportación espontánea, alabando siempre que el rey se lo merecía por lo mucho que había hecho por Oviedo.

En este ambiente cívico-religioso se hacía el acto, breve, intenso y reivindicativo. Los cronistas de Asturias y Oviedo introducían a los oradores, explicaban que el protagonista del acto era el rey. Quienes hablaban a continuación, ya advertidos seriamente sobre quién era el protagonista, cumplieron en general, excepción hecha de Masip, que cuando le correspondió hablar en el segundo año de la celebración se le hizo saber que se le suspendería la amplificación si no se ceñía al asunto que motivaba el acto, aún así, en cierta forma defendiendo a Oviedo, como lo había hecho el propio rey, se puso a defender que «el corredor del Cantábrico» discurriese por el interior y no por la costa. Se le dio un toque de atención y cuando vio que lo de dejarle sin sonido iba en serio, abrevió y volvió al asunto que motivaba el acto.

Los sucesivos aniversarios fueron desarrollándose con relativa normalidad. Hubo cambios en la Presidencia de la Junta General del Principado, también en la Alcaldía de Oviedo, cuando Gabino de Lorenzo desplazó a Antonio Masip. Joaquín Manzanares se enfadó con el cabildo porque se negaba a variar la posición de la tapa del sepulcro del «joven Itacio»; no quiso presentar más a los oradores, pero fue sustituido por Luis María Fernández Canteli, que desde la sombra también había trabajado lo suyo por sacar adelante la recuperación del responso del mejor alcalde que jamás había tenido Oviedo.

Un día, las monjas benedictinas fueron a cantar a la Catedral. Ocuparon los asientos capitulares en la capilla mayor, desde donde cantaron con la dulzura y el amor de siempre sus oraciones fúnebres. Se había roto la tradición de hacerlo desde el monasterio inmediato. También se eliminó la tradición de asistir las autoridades de la Junta del Principado de Asturias, ni se invitó al párroco de San Tirso. Lo más grave para el acto, aunque posiblemente cómodo para los oficiantes, fue que se hizo todo desde la capilla mayor de la Catedral, sin acudir al panteón real a decir el responso, lo que motivó la indignación de los iniciadores del acto, alguno de ellos convencido republicano, lo que no era óbice para que reconociesen cuánto había hecho un rey por Oviedo.

En su furor advertían que ya suponían que esto iba a suceder. Agravó la situación que la Fundación Príncipe de Asturias declinó participar en el acto por considerar que no entraba en su ámbito: meses después, esta institución participó en un acto de divulgación sobre la miel en la zona de Aller. Los republicanos volvieron a la carga: «¡Y nosotros qué hacemos aquí!».

Hoy no hay presencia cívica notoria en el acto, en parte porque han desaparecido muchos de los iniciadores y los laicos que podrían tomar el relevo, como Rodrigo Grossi o José María del Viso, no parecen estar dispuestos a comprometerse. ¿Desaparecerá el ya tradicional responso cuando los canónigos se cansen? Deseamos sinceramente que no, y con la misma fuerza deseamos también que, además de la Iglesia, participe el pueblo de Oviedo por medio de sus representantes laicos y digan lo que tienen que decir del rey Alfonso II el Casto.

Fuente: La Nueva España

lunes, 12 de marzo de 2007

La Sala capitular de la Catedral de Oviedo


La inquietud ante la presencia francesa aumentaba en España, y Asturias no estaba tan aislada al otro lado de las montañas como para que no tuviera eco en ella, sino que la propia Asturias contribuía a crearla. Como escribe André Fugier: «En el mes de mayo de 1808, cuando la Junta General se aprestaba a reunirse en Oviedo, había cierta agitación en el Principado desde hacía varias semanas. La gente se inquietaba al saber que bajo el pretexto de la expedición a Portugal, masas, cada vez mayores, de tropas francesas, entraban en el Reino y ocupaban las fortalezas del Norte. Particularmente en Oviedo y en Gijón, la efervescencia crecía de día en día».

En estas circunstancias de tensión y espera había de reunirse la Junta General del Principado, la cual efectuaba sus sesiones cada tres años en la sala capitular de la Catedral de Oviedo bajo la presidencia del regente de la Real Audiencia, que las convocaba, generalmente en mayo. De manera que no fue necesario reunir a la Junta a raíz de los sucesos del 2 de mayo en Madrid, de los que llegaron noticias el día 9, porque le correspondía reunirse de manera natural; y aunque en sus atribuciones no entrara lo que pudiéramos denominar «alta política», en las asambleas se adoptaron resoluciones de tanta importancia como jamás se habían tomado hasta entonces ni volverían a tomarse en lo sucesivo.

A los muchos merecimientos de la Junta, según Caveda Nava, «una revolución tal vez sin ejemplo en los anales de la Europa moderna, le guardaba otros más cumplidos y gloriosos. Su heroico pronunciamiento contra el Imperio francés, cuando se derramaban sus huestes como un torrente asolador por las sorprendidas e inermes regiones de España en 1808, es uno de aquellos acontecimientos altamente sublimes que, producido muy de tarde en tarde por el entusiasmo de la libertad y el amor de la patria, se transmiten a la posterioridad para dechado y admiración de los pueblos. La sangre española alevosamente derramada en Madrid el 2 de mayo por el ejército invasor y las proclamas del príncipe Murat inclinando pérfidamente a los pueblos a que permanecieran tranquilos... produjeron el 9 de mayo la memorable insurrección de Oviedo».

Aquel 9 de mayo se conocieron en Oviedo las primeras noticias de los sangrientos sucesos de Madrid. El oficial Álvaro Ramos leyó en voz alta a las personas congregadas ante la Administración de Correos, que se encontraba al lado de la Catedral, la «Gaceta» y varias cartas que relatando la insurrección de los madrileños y la represión de los franceses, exaltándose los ánimos aún más de lo que lo estaban. A esto se añadió el hecho inoportuno de la publicación del bando de Murat dando a elegir a los españoles entre la calma o el palo, y que Toreno califica como «sanguinario».

Cumpliendo órdenes superiores, el comandante provincial de armas, Nicolás Llano Ponte, y el secretario de la Audiencia, Pedro de la Escosura, salieron de la Audiencia precedidos de un tambor con el propósito de fijarlo; mas al llegar ante la antigua fuente de Cimadevilla, una mujer del pueblo llamada María Andallón gritó: «¡Abajo el imprimido!», siendo secundada por otra, de nombre Joaquina Bobela, que gritaba: «¡Que no se publique!», y otros entre los que destacaba el canónigo Llano Ponte. De manera que un Llano Ponte se encontraba a cada lado en aquel conflicto: lo que había de ser caso normal en la historia cainita española a lo largo de los dos siglos siguientes.

Ante la reacción del pueblo, acaso no tan soberano pero más pueblo que en circunstancias posteriores, que gritaba vivas a Fernando VII y a la religión y mueras a Murat, y exigía la quema del bando, y que no tardó en pasar de los gritos a la acción, rompiendo don Froilán Méndez de Vigo el parche del tambor, los magistrados se vieron forzados a buscar refugio en la Audiencia, de la que venían, siendo seguidos por el populacho, que los insultaba y apedreaba. Libraron gracias a la protección del obispo Hermida, de su provisor don Marcos Ferrer y de algunos militares y miembros de la Junta.

El obispo se dirigió a los amotinados desde un balcón procurando sosegarlos, pero la llegada de algunos estudiantes y de un grupo de vizcaínos que se habían apoderado de fusiles en la casa de armas volvió a excitar los ánimos, se forzaron las puertas de la Audiencia y el pueblo invadió el edificio con el alcalde Busto a la cabeza, mientras deliberaban los magistrados; uno de ellos, el oidor Miguel Zumalacárregui, se dirigió a los vascuences en su bable, consiguiendo calmarlos. El procurador general don Gregorio de Jove, por su parte, se apoderó de los bandos y, mostrándoselos al pueblo, propuso a los amotinados que le siguiesen hasta el Campo de San Francisco, cosa que hicieron dando vivas al rey, mueras a Murat, y allí, bajo los árboles, los bandos fueron rotos.

En tanto, la Junta se encontraba reunida en la sala capitular de la Catedral, y en ella depositaron los ovetenses la confianza que le habían retirado a la Audiencia. Como escribe el conde de Toreno en su «Historia del levantamiento, guerra y revolución de España», acertó igualmente a estar entonces consagrada la Junta General, reliquia dichosamente preservada del casi universal naufragio de nuestros antiguos fueros. Sus facultades, no muy bien deslindadas, se limitaban a asuntos puramente económicos; pero en semejante crisis, compuesta en lo general de individuos nombrados por los concejos, se la consideró como oportuno centro para legitimar los ímpetus del pueblo. Reuníase cada tres años, y casualmente en aquél cayó el de su convocación, habiendo abierto sus sesiones el 1 de mayo».

La noche del 24 de mayo doblaron las campanas de la Catedral y de todos los templos de la ciudad, y se encendieron fogatas en los montes de los alrededores; numerosos aldeanos armados se concentraron en Oviedo. Reunida la Junta durante toda la noche, en la sesión del día 25 se tomaron acuerdos trascendentes, de gravedad extrema: constituir una Junta de Gobierno que se hacía cargo de manera interina de la soberanía nacional, dejando bien claro que en esa Junta General del Principado de Asturias residía la soberanía «mientras no fuera restituido al Trono su legítimo soberano, el legítimo Rey don Fernando VII»; declarar la guerra a Francia; levantar un Ejército asturiano de veinte mil hombres e imponer una contribución especial para sostenerlos y enviar una embajada a Inglaterra en requerimiento de auxilio; asimismo, la Junta «encarga también a los párrocos que exhorten a sus feligreses capaces de tomar las armas el sagrado deber que tienen de abrazarlas en defensa del Rey, de la religión y de la patria, cuando tan gravemente son ofendidas». Y para que no cupiera duda alguna, se proclama que «Asturias, en nombre de la España invadida y de su Rey cautivo, declara la guerra al emperador de los franceses». A Napoleón Bonaparte.

Álvaro Flórez Estrada, como procurador general, redactó e hizo publicar ese 25 de mayo de 1808 una enérgica proclama de la Junta General llamando a los asturianos al levantamiento contra un Ejército invasor cuya «conducta con toda la Nación es más inicua que la que teníamos derecho de esperar de una horda de hotentotes», e informando a sus paisanos de que «el Principado, en desempeño de aquellos deberes que más interesan al hombre, ya ha declarado formalmente la guerra a la Francia», al tiempo que recuerda pasados hechos en que igualmente fue en Asturias donde se dieron los primeros gritos de libertad contra el invasor, en las montañas de Covadonga: «Al arma, al arma, asturianos. No nos olvidemos que Asturias, en otra irrupción, sin duda menos injusta, ha restaurado la Monarquía... Sepamos que jamás nos pudo dominar nación extranjera por más esfuerzos que ha hecho».

Daba así comienzo una guerra muy larga, que se extendería desde los campos de Andalucía hasta los hielos de Rusia. Mientras Napoleón se erguía sobre Europa, tan sólo le plantaban cara la gran fortaleza insular de Inglaterra y una antigua región olvidada y perdida: «Un rincón de España, apenas perceptible en el mapa, pone con el grito de Libertad e Independencia toda la Nación en movimiento -escribe Ramón Álvarez Valdés-, y andando el tiempo, el reto de Europa...».
El grito de guerra dado en la sala capitular de la catedral de Oviedo alcanzará con su eco al crepúsculo rojizo de Waterloo.

Fuente: LNE

El invierno asturiano fue calido y lluvioso


El invierno asturiano registró cambios bruscos de tiempo que, puntualmente, dejaron períodos de frío intenso y caídas espectaculares de los termómetros. Pero, en líneas generales, fue cálido y húmedo. De hecho, las temperaturas fueron entre uno y dos grados superiores a lo habitual en los meses de enero, febrero y durante las dos primeras decenas de marzo. También llovió más de lo usual en la estación que acaba de terminar -aproximadamente, un 20 por ciento más en el conjunto del período-, aunque el mes con mayor exceso de precipitaciones fue el de enero.

Las características del invierno, por meses, son las que siguen.

lDiciembre: la temperatura media mensual fue de 8,8 grados, la habitual para la época. No obstante, la última decena del mes, los primeros días del invierno, se caracterizaron por cambios muy bruscos. Tras las heladas de las fiestas navideñas, que hicieron descender los termómetros hasta mínimas de 1,4 grados bajo cero, el final de año fue excepcionalmente cálido. El día 30, Oviedo y Gijón llegaron a máximas de 22 grados, con mínimas de 11. En lo que respecta a la precipitación, cayeron 107,2 litros por metro, algo más del 10 por ciento de lo normal para la época.
lEnero: con 8,7 grados de media mensual, la temperatura estuvo casi un grado por encima de lo usual para la época. También fue un mes de contrastes, con jornadas en las que se superaron los 20 grados de máximas y otras en las que las mínimas bajaron hasta los dos grados bajo cero en zonas como Oviedo.

Lo más destacable, no obstante, fueron las lluvias. Cayeron un total de 113,3 litros por metro, frente a los 85 habituales para el período. Es decir, que llovió, aproximadamente, un 30 por ciento más de lo usual para el período.
lFebrero: fue muy cálido y húmedo. La temperatura fue casi dos grados superior a lo habitual -se situó en los 10,6 grados, frente a los 8,8 normales para el período- y la cantidad de lluvia acumulada -94,7 litros por metro en Oviedo- fue, según Meteorología, entre un 10 y un 20 por ciento superior a lo usual, según las zonas. No obstante, lo más destacable del mes fueron las jornadas que dejaron récord de calor y de intensidad de las precipitaciones. Gijón y la comarca de Avilés batieron el día 17 el récord histórico de agua para un día de febrero: la estación meteorológica de Gijón acumuló 34,1 litros por metro cuadrado, y la del aeropuerto, 28,9 litros por metro.

En lo que respecta a jornadas calurosas, fue Gijón la que batió marca. El día 16, registró una máxima de 23,8 grados, la más alta medida hasta la fecha en el concejo durante una jornada de febrero. En Oviedo, la máxima llegó ese día a los 20,4 grados. Característica de febrero también fueron los cambios bruscos de tiempo. De hecho, la caída térmica a mitad de mes fue espectacular: los termómetros bajaron hasta diez grados en una sola jornada, entre el sábado 17 y el domingo 18.
lMarzo: la primera decena del mes tuvo temperaturas elevadas, con medias de hasta 17 grados -el día 2- o máximas de hasta 21,5, caso del día 4.

La segunda decena fue parecida, aunque a finales de ésta la llegada de un temporal de viento y nieve provocó una bajada brusca de temperatura. No obstante, la temperatura media de los veinte primeros días del mes -el 21 entró la primavera- alcanzó los 11,6 grados, 1,6 por encima del valor medio habitual para el conjunto de un mes de marzo.

Fuente: LNE

Se jubila Pepe, el del bar Cantabrico


En mayo de 2008, José Velasco del Valle cumplirá 50 años tras la barra del restaurante Cantábrico. Para entonces, y a pesar de que ha anunciado su jubilación, todavía se le podrá encontrar rondando por los locales del afamado establecimiento ovetense: «Tengo mucho que hacer por aquí y además el restaurante no se cierra, queda mi hijo Eduardo», explica Velasco.

Todo el mundo conoce a Velasco como Pepe el del Cantábrico, porque su vida no sabría explicarse sin el establecimiento en el que ha trabajado dos tercios de su existencia. El hostelero recibirá hoy un homenaje por toda la vida dedicada a la restauración. Los actos en su honor arrancaron, ayer, con la recepción oficial que le brindó el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, al que le une «una fuerte y antigua amistad».

De Lorenzo tuvo unas palabras de cariño para Velasco y para su restaurante. «El Cantábrico, además de ser el mar de Asturias, es también un excelente restaurante», apuntó el primer edil ovetense, que añadió además que «es uno de esos lugares de los que crean prestigio a la gastronomía asturiana, del buen comer y del buen beber que se practica en nuestra tierra. También de la hospitalidad. Del trato próximo, más que cordial, afectuoso y fraternal».

El alcalde de Oviedo no ahorró elogios para «mi buen amigo, mi entrañable amigo, José Velasco, Pepín, que me ha hecho pasar en la mesa de su restaurante algunos de los mejores momentos de mi vida».

Velasco llegó al Cantábrico tras los pasos de la que después sería su mujer, Covadonga Prida, que a mediados de los años cincuenta era la hija del propietario del local. Desde su matrimonio, este hombre natural de San Juan de Beleño, en Ponga, no ha hecho otra cosa que mirar por la clientela del Cantábrico y «ofrecerles siempre la mejor calidad y el mejor trato». Ese es su secreto. La relación de Velasco con la hostelería arrancó con tan sólo 15 años.

Fue entonces cuando llegó a la ciudad de Oviedo con su padre y desempeñó diversos trabajos, como recadero en oficinas. Hizo las pruebas para entrar como aprendiz en la Fábrica de Armas pero, afortunadamente para la hostelería ovetense, no entró en la industria. Un día, un amigo que trabajaba en la librería Cervantes le informó del anuncio de un bar en el que pedían un chico para trabajar y allí, en el restaurante Gayoso, empezó todo. Velasco pasó después al Kopa Bar y de ahí al Cantábrico. Cinco décadas después -y con 74 años cumplidos- Pepe se despide, «pero no del todo».

Fuentes: LNE

domingo, 11 de marzo de 2007

El pregonero de la Semana Santa de Oviedo anima a la participacion


El decano del Colegio de Notarios de Asturias, José Antonio Caicoya, pregonó ayer la Semana Santa ovetense en un acto celebrado en el Club Prensa asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en el que estuvo acompañado por los hermanos mayores de las cofradías y hermandades de la ciudad.

El pregonero anunció una Semana Santa «más intensa» aún que las anteriores, por el contexto en el que se desarrollará, con el sínodo abierto y en vísperas del Congreso Internacional sobre el Santo Sudario, y por los nuevos pasos que procesionarán en ella: el de la Virgen de la Amargura, de la Cofradía del Silencio y la Santa Cruz, y el de Jesús Resucitado, de la Junta de Hermandades.

«Sin Oviedo no existiría ninguna de las semanas santas que adornan todo el orbe», indicó el notario, y argumentó esa afirmación citando algunos hechos históricos, desde la labor de cristianización de Alfonso II hasta la llegada del Arca Santa a la ciudad, con el Santo Sudario en su interior.

Caicoya, que comenzó elogiando a su antecesor en las labores de pregonero, el periodista de LA NUEVA ESPAÑA Javier Neira, llamó la atención sobre la «intemporalidad» de la Salvación y «la inmolación de dimensiones apocalípticas» de Jesucristo. «La tragedia se repetirá a diario, siempre que nos rebelemos con un acto de desamor», advirtió. De la forma en la que los ovetenses viven la Semana Santa opinó que «lo hacen con más sentido que sentimiento, con más razón que pasión», con «profundo respeto» y con «luto y avergonzado dolor».

Al acabar su pregón José Antonio Caicoya recibió del presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías, Ricardo Loy, una placa conmemorativa de su pregón. Previamente, éste lo había presentado como un hombre inquieto, generoso y sensible al numeroso público asistente, entre el que estaba el deán de la Catedral, Ángel Pandavenes.

Fuentes: LNE

jueves, 8 de marzo de 2007

El Oviedo del siglo XXI


«Quiero que sea una ciudad bella para quienes la visitan, pero sobre todo atenta a las necesidades de sus habitantes, con una amplia red de servicios sociales dirigidos al bienestar de los mayores y a la conciliación de la vida familiar y profesional. Oviedo debería ser una ciudad con muchos espacios verdes, preocupada por el desarrollo económico y el empleo. El concejo tendría que ofrecer una vivienda asequible y digna y un transporte público de vanguardia -el tranvía- que acabe con los actuales atascos».

«Los problemas de Oviedo siguen siendo los ya clásicos. Existen 11.000 familias que tienen a una persona desempleada en sus familias, unido al dato de que en Oviedo ya hay viviendas que cuestan 9.500 euros el metro cuadrado; eso es muy negativo. El concejo necesita recuperar su tejido industrial y recuperar el empleo de manera inminente; se necesita una política de vivienda no agresiva y una apuesta por la vivienda barata y de alquiler. En definitiva, el Oviedo del siglo XXI tiene que incluir a todos los ovetenses».

«El Oviedo del siglo XXI debería ser una ciudad y un municipio sin tantas distinciones entre la zona rural y las zonas del centro, que son como la parte VIP del municipio. Una ciudad y un municipio con ofertas culturales para todos los que viven en él y los que vienen de fuera. Una ciudad y municipio donde la participación ciudadana vaya mas allá del día de las elecciones. Oviedo debería ser una ciudad democrática, abierta, participativa, sin tantas desigualdades entre los barrios, sin tanta especulación urbanística. Habría que mirarse en un espejo como Gijón».

«Oviedo me parece una ciudad acogedora y rica, con muchos valores culturales, artísticos e históricos. Un ciudad limpia y segura. Me gusta Oviedo para vivir, para trabajar y para disfrutar. Tiene algunos defectillos relacionados con cierto «ombliguismo» -adentrado y enraizado en alguna entraña anacrónica-, como esa visión redonda, un poco roma y acabada de sí misma y de lo que vale o no. Su gente es inteligente y agradable, sabe vivir y sabe vestir los sentimientos. Oviedo es una ciudad bien encaminada hacia este siglo XXI».

Fuente: José Luis Garzo, director del IES Aramo

martes, 6 de marzo de 2007

La gaita restalla en Valencia


Ninots en las confluencias de calles y plazas, más de 750 monumentos falleros, pólvora y, por primera vez este año, gaiteros. La música de la banda «Ciudad de Oviedo» colapsó ayer el centro de la capital del Turia. En torno a la una de la tarde los músicos de la formación ovetense, cerca de medio centenar, se acercaron al casal de La Figuera, centro de reuniones de la falla del barrio del Campanar, el de Marta Reglero, fallera mayor y de raíces ovetenses.

Frente a la falla Padre Doménech-Pío XII, plantada frente al casal, que ha obtenido el séptimo premio en una de las varias categorías que la junta fallera otorga este año, se congregaron miles de personas que no dudaron en acompañar a la comitiva ovetense. Bajo el lema «Mes clar que l'aigua» («más claro que el agua»), la falla está inspirada en el Oeste y coronada por una impresionante figura de un «sheriff».

Encabezados por el estandarte del casal y por falleras del barrio, los gaiteros asturianos cortaron el tráfico en una de las zonas más concurridas de la capital. No dudaron los valencianos en aplaudir al paso de los músicos al ritmo del himno de Asturias o la marcha «La Erbosa». Tras una parada en el desfile para recibir a la fallera mayor infantil de la zona del Casal, Mar Sanz, y a su hermano Javier, presidente infantil, la comitiva, acompañada también por la Banda de Amistad de Cuart de Poblet, regresó de nuevo ante el monumento donde los músicos de ambas capitales ofrecieron sus acordes aderezados con el aplauso y el vitoreo multitudinario de buena parte de uno de los barrios con más tradición fallera.

Mientras, en el interior del casal -el local esconde una carpa en la que se celebran fiestas y encuentros entre falleros durante todo el año-, varias cocineras preparaban dos paellas para dar de comer a cientos de socios y a los gaiteros.
Más de 800 actos

Tras el almuerzo, en el que no faltaron las anécdotas, los chistes y piezas improvisadas incluso de hip hop, hicieron su entrada en el comedor la madre de la fallera mayor, Concha Mangalda, y la abuela, que fueron recibidas por los aplausos de la banda. Y es que, en Valencia, ser fallera mayor, tal como pudo comprobar la delegación asturiana, supone recorrer en lujosos coches las calles de la capital del Turia, encabezados por una patrulla de la Policía que pide paso con las sirenas y circula cortando el tráfico. De hecho, Marta Reglero cuenta en su agenda con más de 800 actos durante las fallas, si bien, tal como comentó ayer su madre, uno de los más emocionantes fue el de la noche del viernes: la cabalgata folclórica.

La joven, que lucía un espectacular traje en tonos verdes y un aderezo en la cabeza digno de una reina -el peinado de una fallera puede llevar más de dos horas de elaboración-, no dudo en entonar, desde el paco de autoridades del Ayuntamiento, el himno de Asturias y el de Santa Bárbara. Mientras la banda «Ciudad de Oviedo» interpretaba esta última pieza, Reglero, emocionada, entonaba la letra. «Santa Bárbara es patrona de los mineros, pero también de los pirotécnicos», explicaba ayer la madre de la fallera mayor.

Con más fuelle que nunca, la comitiva ovetense supo estar a la altura del desfile del viernes y encabezar la carroza de Marta Reglero, desde la plaza de San Agustín hasta la consistorial, donde los gaiteros no dudaron en hacer un pasillo para recibir a la joven. Acompañada de su corte de honor, Reglero saludaba a los miles de asistentes y recibía entre sonrisas sus piropos. También los comentarios del presentador, que calificó la interpretación de los gaiteros de «música de dioses». Al menos así se lo pareció a los cerca de cincuenta socios de la Casa de Asturias que también participaron en el desfile y que, con lágrimas en los ojos, entonaron el himno del Principado en el corazón de Valencia.

La delegación ovetense participará hoy, al mediodía, en una de las tradicionales «mascletàs» y, de madrugada, en la tradicional ofrenda floral a la Virgen, ceremonia en la que los valencianos elaboran un gran manto para Nuestra Señora con ramos de flores. Los gaiteros desfilarán en último lugar, posición en la que lo hará la fallera mayor, cerrando la comitiva.


Fuente: LNE

sábado, 3 de marzo de 2007

Las bodas civiles en Asturias continuan en alza


Las bodas civiles continúan al alza en Asturias y siguen ganando terreno a los enlaces religiosos. Los matrimonios no sujetos al rito católico representaron el 44,2 por ciento de las uniones registradas en la región a lo largo de 2005, según consta en la última memoria del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

Se trata de un incremento de sólo dos puntos con respecto a 2004, pero si se amplía el horizonte temporal el crecimiento es espectacular, ya que en 1999 sólo un 28 por ciento de los asturianos decidió casarse por vía no religiosa, frente al 72 por ciento que prefirió pasar por vicaría.

Los sociólogos pueden encontrar en 2005 un año interesante por varios motivos: por un lado, porque muestra claramente la curva descendente de los enlaces canónicos (2.449, frente a los 2.584 del curso anterior) y la fina línea ascendente de los enlaces civiles (1.944, frente a los 1.898 de 2004) y, por otro, revela un descenso en el volumen total de matrimonios, lo que contrasta con la progresión de los últimos años (entre 1999 y 2004 las bodas se incrementaron un 13 por ciento).

La boda religiosa es todavía la opción preferida por las parejas asturianas en todos los partidos judiciales, salvo en los de Villaviciosa y Castropol. Villaviciosa se ha convertido en el municipio por excelencia de los enlaces civiles debido, sobre todo, al tirón de la capilla no consagrada del restaurante El Pinal, en Peón.

El complejo hostelero no es Las Vegas, pero casi: hay fines de semana en los que se celebran hasta seis bodas diarias. En 2005 hubo más del doble de enlaces civiles que religiosos (130, frente a 60) en Villaviciosa. En Castropol, en cambio, la diferencia a favor de los matrimonios civiles es mínima (14 a 12).

En Gijón, Oviedo y Avilés, principales núcleos urbanos de la región, siguen primando los matrimonios por el rito religioso, aunque los civiles también han ganado muchos contrayentes en los últimos años. En otros concejos situados en zonas mineras como Lena, Langreo o Mieres hay diferencias muy ajustadas.

En Mieres, por ejemplo, se contabilizaron más bodas civiles que religiosas en 2004, y sin embargo un año después se revirtió la situación y los matrimonios canónicos volvieron a ser mayoritarios.

En otros municipios del Suroccidente, como Tineo, Grado o Cangas del Narcea, en cambio, no hay color: la inmensa mayoría de las parejas sigue declarándose el «sí quiero» ante el altar. Lo mismo ocurre en Llanes y sobre todo en Cangas de Onís, donde sólo hubo 10 bodas civiles frente a 97 religiosas, lo que podría obedecer al deseo de muchísimos asturianos de casarse en Covadonga.

La Iglesia asturiana relaciona el auge de las bodas civiles con el incremento de las separaciones y los divorcios y el proceso de secularización de la sociedad española, al que no son ajenas las parejas de la región. Los divorciados tienen que casarse necesariamente en los ayuntamientos o los Juzgados porque la Iglesia no acepta las uniones en segunda instancia, salvo en los casos en los que haya habido una nulidad matrimonial.

La inmigración, según coinciden los especialistas, también ha tenido mucho que ver en la progresiva secularización de las bodas, porque cuando alguno de los dos miembros de la pareja es de origen extranjero el enlace se celebra casi siempre por lo civil.

Fuente: LNE

viernes, 2 de marzo de 2007

Tienes que venir a dar una vuelta por Oviedo

Superpin el heroe asturiano que vive en el Carbayin


¿Es un pájaro?, ¿es un avión?É ¡No, es Superpín, el héroe asturiano que viene de El Carbayín! Más rápido que un raposo, más potente que un tractor, este rapaz de altos vuelos se calza las madreñas para ganar centímetros y defender desde su feliz locura los intereses de las vecinas frente a las mañas arteras del cobrador de deudas.

El grupo de teatro amateur «El Carbayín» ofreció ayer en Los Canapés esta disparatada pieza de teatro, con la que renueva el imaginario del costumbrismo asturiano al aliñarlo con una buena dosis de cómic y grandezas de superhéroe. José Ramón Oliva es el director del grupo y escritor de la pieza. Fue él quien inventó a Superpín, en cuya piel de héroe rural con boina y antifaz se mete Guillermo Suárez.

A Pin, como a Alonso Quijano, también se le fue la pinza de tanto leer. El segundo se transformó en don Quijote; el primero, en Superpín, porque lo suyo no eran las novelas de caballería, sino los cómics. Este chaval, un poco inocente pero de muy buena pasta, se pasaba los días leyendo y holgazaneando; pero hete aquí que un buen día llegó la amenaza al pueblo, personificada en un matón que quiere cobrar deudas, y sus víctimas son las vecinas de Pin. Ni corto ni perezoso, el rapaz decide entonces que lo de héroe lo lleva en la sangre.

Se saca los calcetines por encima de los pantalones de mahón, se apaña la faja como si fuera el calzoncillo rojo de Superman, y la tela de un saco de patatas es el género ideal para confeccionarse la inevitable capa. Porque vuela, vaya que si vuela. O al menos eso dice él, aunque haya disparidad de criterios.

Para entrenarse acude a casa del vecino, que fue boxeador. Allí se prepara levantando sacos, salta a la comba, hace pesas con el garabato y afina su puntería con el gomeru, arma temible en sus manos. El héroe se hace pero también nace, porque Superpín tiene rayos X y puede adivinar en qué bolso está el mechero. El problema es que, igual que Superman, también hay una sustancia letal para él, un poco menos elegante que la kriptonita, todo hay que decirlo. Es el cucho.

«¡Voy!», ése es su grito de guerra, y se lanza a por su adversario, que en un primer momento sufre retortijones y está hecho un guiñapo, pero que después se cansa de darle mamporros al pobre héroe. No hay Superman sin su Lois Lane, en este caso una campesina hipocondriaca que no hace más que quejarse y que lleva la lechera mediada para que no le dé dolor de espalda. La rapaza no le hace al principio mucho caso, pero luego ya le va entrando por el ojo.

«Ye un papel muy lucido, muy agradable, la gente sintoniza muy bien con él», asegura el otro Pin, Guillermo Suárez, funcionario en Pola de Siero, que afirma que José Ramón Oliva, con sus piezas teatrales, es un revulsivo para el teatro costumbrista. Asesor fiscal, Oliva lleva 14 años escribiendo teatro para su grupo, que tiene ya 25 de trayectoria y es como una piña. Ellos consiguen, con su entusiasmo, el vuelo de Superpín.

Fuente: LNE

En la rula de Aviles saben hasta latin


En la rula de Avilés ya saben hasta latín. Y no es una frase hecha, sino que por la cuenta que les trae, según explican, han tenido que convertirse todos en unos expertos en taxonomía y aprender a denominar científicamente -en la lengua de Cicerón- las especies que habitualmente se subastan en la rula. Por poner unos ejemplos: la xarda, que está de temporada, ha pasado a ser «Scomber scombrus»; el suculento virrey, un «Beryx decadactylus», o la merluza, que ahora prácticamente brilla por su ausencia tras la fuga de barcos del puerto pesquero avilesino, «Merluccius merluccius».

Así rezan desde diciembre los nombres de esas especies en los documentos de transporte del pescado que entra en la rula para subastarse. Ante el «celo» con que la inspección de la Dirección de Pesca del Principado se toma su trabajo en Avilés, explican, la Cofradía de Pescadores se vio en la necesidad de entregar a sus clientes guías para facilitarles el cumplimiento «a rajatabla» del real decreto de octubre de 2004, que regula la primera venta de productos pesqueros.

En el artículo 7.g) de dicha normativa se recoge que debe figurar en el documento -entre otros datos- la denominación comercial y científica de cada especie. Hasta diciembre y como en todas las lonjas, aseguran, se venían cumplimentado los documentos a la antigua usanza y sin problemas. La sardina era «sardina» a secas, y punto. «Las prisas o la falta de medios hace que a veces hasta se escriba en hojas en blanco», explican. «Claro está, eso no sucede ahora en Avilés, donde nos miran con lupa. Como prueba, aluden al episodio del miércoles, cuando el Principado impidió la venta de un cargamento de pescado por irregularidades en el transporte.

«La sanción fue desproporcionada. Esto y lo de las guías en latín es una prueba más del acoso y derribo al que nos somete Pesca para ahuyentar a clientes e impedir que gestionemos la nueva lonja», se quejan en la cofradía. Fue en diciembre cuando en la rula recibieron la advertencia de que sin el nombre científico de los peces las guías no valían. Y ni cortos ni perezosos, diseñaron unos nuevos documentos con la denominación en latín, junto a la comercial. Admiten que es lo que dice la ley, pero se preguntan si en lonjas como en Gijón, de la que a diario parten numerosos camiones con pesca para venderse en Galicia, se siguen controles tan rigurosos.

Fuente: LNE

Restauradas las bobedas de la Catedral


En el acto también estuvo presente la consejera de Cultura, Comunicación Social y Turismo, Ana Rosa Migoya, quien explicó la actuación llevada a cabo en el templo y recordó que el Plan Director de la Catedral asturiana contempla actuaciones hasta 2011, con una inversión pendiente de 1,3 millones.

Areces destacó que la Catedral de Oviedo es una de las "más bellas" de España y una pieza "emblemática" del patrimonio de la región.

"Nos sentimos muy orgullosos de los trabajos de rehabilitación que se han llevado a cabo", afirmó el jefe del Ejecutivo asturiano, quien recordó que éstos se "intensificaron" desde 1999 con la victoria electoral del PSOE.

Areces vinculó estas obras de mejora en la Catedral a los diversos actos que se celebraran el año próximos, como el 400 aniversario de la Universidad de Oviedo, el 1.200 de la capitalidad de la ciudad.

El jefe del Ejecutivo regional valoró la colaboración que en todo momento ha mostrado la Iglesia asturiana en estos trabajos, y añadió que lo han hecho con "devoción".

Osoro destacó la "sensibilidad" mostrada por el Gobierno del Principado en la recuperación del patrimonio religioso y agradeció el "esfuerzo" llevado a cabo para rehabilitar la Catedral.

"La Catedral de Oviedo es conocida como una de más bellas de España en sí misma y por lo que guarda dentro"", agregó el arzobispo, quien recalcó que aunque es propiedad de la Iglesia "no cerrada a nadie".

El Plan Director de la Catedral asturiana contemplaba actuaciones de mejora en el templo por importe de 7 millones de euros entre 1995 y 2011.

Hasta el momento se han invertido ya 4,4 millones de euros en el desarrollo del plan diseñado por los arquitectos Jorge Hevia y Cosme Cuenca, de los que el 50,8 por ciento fueron aportados por el Gobierno regional, el 44 por ciento por el Estado y el 5 por ciento restante por la Iglesia y por particulares.

Estos porcentajes modifican los inicialmente previstos que contemplaban que el Ejecutivo autonómico aportase el 67 por ciento de los fondos y la administración central el 33 por ciento restante.

Hasta el momento, las principales inversiones realizadas en la Catedral han incluido aspectos como la restauración del claustro, al que se destinaron 1,1 millones de euros, o de la torre gótica de la basílica, que tuvo un coste de 609.000 euros.

De cara a 2007, la Consejería tiene redactados los proyectos de cuatro nuevas actuaciones por importe de 1,3 millones de euros que podrán licitarse a lo largo de este ejercicio y que correrán a cargo del Gobierno regional.

Fuente: LNE

Asturias documenta sus costumbres juridicas


El Pleno del Parlamento asturiano dará hoy su visto bueno a la compilación del derecho consuetudinario asturiano. Dará así cumplimiento al artículo 16 del Estatuto de Autonomía, que mandata esta iniciativa de investigación y recopilación de las costumbres jurídicas de la región. Para hacerlo posible han sido necesarios siete años de trabajo en los que se han consultado miles de sentencias y se ha realizado una ardua labor de campo.

La comisión especial de derecho consuetudinario, creada por acuerdo de la Mesa de la Junta, inició sus trabajos el 27 de julio de 1999. Ha contado con la colaboración de un grupo de expertos de la Universidad de Oviedo y la magistratura y ha estado auxiliada por un equipo de investigación, redactor del texto final, dirigido por Ignacio Arias, el letrado de la Junta que ha asistido a la comisión.

La comisión ha celebrado a lo largo de estos siete años 35 sesiones de trabajo y, según explica el «Boletín Oficial de la Junta General» en el que se ha publicado la compilación, «ha desplegado su actividad en tres frentes: archivos judiciales, protocolos notariales y trabajo de campo».

En materia de archivos judiciales, para conocer los casos en los que se hubieran podido tomar en consideración costumbres jurídicas de la región, el esfuerzo ha sido colosal. Se han consultado 45.000 sentencias de la Sala de lo Civil y de lo Contencioso-Administrativo de la antigua Audiencia Territorial de Oviedo, así como las existentes, a partir de 1989, en las diversas secciones civiles de la Audiencia Provincial de Asturias y de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia disponibles en el momento de realizar la investigación.

El trabajo en lo que respecta a protocolos notariales también ha sido ingente: se consultaron 64.000 en once de los doce distritos asturianos, además de los revisados en el Archivo Histórico de Asturias y en el Archivo del Colegio Notarial. El trabajo de campo se realizó con más de cien salidas durante las que se entrevistó a más de 600 personas.

El resultado, la compilación, se organiza en dos grandes partes. La primera es una descripción general de las 21 costumbres recogidas, y la segunda, el detalle de éstas. El documento refiere también cuáles son las costumbres que se aplican en cada uno de los 18 partidos judiciales de la región.

Asis, la patria de San Francisco


"Señor, creo que esta ciudad fue en tiempos antiguos morada y refugio de hombres malos e injustos, mal vistos en todas estas provincias; pero veo que, por tu desbordante misericordia, cuando tú has querido, le has mostrado las riquezas de tu amor, para que sea morada y habitación de quienes te conozcan, den gloria a tu nombre y difundan en todo el pueblo cristiano el perfume de una vida pura, de una doctrina ortodoxa y de una buena reputación. Te pido, por tanto, Señor Jesucristo, Padre de las misericordias, que no tengas en cuenta nuestra ingratitud, sino que recuerdes siempre la abundante misericordia que has manifestad en esta ciudad, para que sea siempre morada y estancia de quienes te conozcan y glorifiquen tu nombre bendito y glorioso en los siglos de los siglos. Amén" (S. Francisco, días antes de morir).


Asís umbra y romana

En el corazón de Italia y de la región umbra, Asís, más que asentada, está como aferrada a una estribación del monte Subasio, del que parece que derive su nombre (asio equivale a monte). Asís fue romana desde que los latinos se impusieron sobre umbros y etruscos (295 a.C.), y gozó de la categoría de municipium (89 a.C.), con los consiguientes derechos de la ciudadanía romana. En su amplio territorio, delimitado por el Topino y el Chiascio, afluentes del Tíber, hay vestigios de un rico pasado: un teatro y un anfiteatro, las termas, la plaza del senado y el imponente templo (25 a.C.) dedicado a Minerva –la etrusca Menerva, correspondiente a la griega Palas Atenea-, diosa guerrera e inteligente, sabia y de buenas costumbres, protectora de estados y ciudades, promotora de las artes y el comercio, la cultura y la salud. Símbolo de paz, a ella se le atribuye la invención del olivo, gloria perenne de la tierra asisana.

El cristianismo arraigó pronto en la ciudad, gracias, sobre todo, a la labor evangelizadora de sus obispos mártires San Rufino y San Victorino. A la caída del Imperio, Asís sufrió asedios y destrucciones por parte de las hordas de Totila (505), pero aún formó parte, por un tiempo, del imperio bizantino, antes de ser tomada definitivamente por los longobardos del cercano ducado de Espoleto, entrando así en el largo periodo feudal.


Asís medieval

En 1152, Federico I Barbarroja, emperador de Alemania a costa de grandes concesiones territoriales a sus parientes, entregó el ducado de Espoleto y el condado de Asís a su tío Güelfo de Baviera. Eran los años de la revolución comunal de Arnaldo de Brescia. En 1156 se imponía en Italia el partido güelfo. A ese año, precisamente, se remonta el primer conflicto entre Asís, güelfa y partidaria de los derechos de la comunidad, y la cercana Perusa, gibelina, fiel al emperador y defensora de los privilegios feudales.

Cuatro años después, para ganarse el favor de los asisanos, Barbarroja separaba Asís del ducado de Espoleto y la eximía de toda autoridad que no fuese la imperial, concediéndole el autogobierno que negaba a otras ciudades y prohibiendo a los nobles edificar más casas-torres o castillos en su territorio. Pero en 1174 estalló la rebelión en toda Italia y Asís fue tomada por un gran ejército, bárbaro y cruel, dirigido por el arzobispo de Maguncia. En diciembre, Federico I entraba triunfalmente en la ciudad y colocaba en la fortaleza de la Rocca a su pariente y favorito Conrado de Lutzenhard, con el título de conde de Asís y duque de Espoleto. En esa situación se encontraba la ciudad cuando, siete años más tarde, le nacía el más destacado de sus hijos.


De San Francisco a nuestros días

En 1198, la ciudad se levantó contra el poder imperial, derribó las casas torres de los grandes señores feudales y el castillo de La Rocca, que dominaba la ciudad, e instituyó el "Comune" o Municipio. Los nobles se refugiaron en Perusa, la eterna enemiga de Asís, a la que tuvo que hacer frente, con poca fortuna, el ejército de Asís, formado por algunos nobles caballeros, por mercenarios venidos de otros lugares del centro de Italia y por los hijos de los ricos burgueses a quienes convenía sacudirse el yugo feudal en defensa de sus intereses económicos. Entre ellos estaba también Francisco, el hijo del rico mercader Pedro Bernardoni, que tuvo que permanecer un año prisionero en la ciudad vecina, entre noviembre de 1201 y el mismo mes del año siguiente.

El conflicto interior y con Perusa se resolvió con la firma en 1210 de un tratado "por el bien de la paz". Después de la canonización de San Francisco (1228) la ciudad de Asís fue elegida por el papa Gregorio IX y por sus sucesores como lugar de residencia durante sus desplazamientos por el centro de Italia. La construcción de un palacio papal junto a la gran Basílica sepulcral del santo, así como un periodo de calma política relativa, le permitieron a Asís vivir, durante los siglos XIII y XIV el mayor periodo de esplendor de su historia. Después, nuevas luchas civiles entre facciones enfrentadas, la peste y otras calamidades la llevaron a una inevitable ruina, de la que sólo empezó a recuperarse en la primera mitad del siglo XX.


Centro de peregrinación y de arte, y Patrimonio de la Humanidad

Actualmente Asís recibe a 5 millones de peregrinos y de turistas al año, y es un centro de primera magnitud desde el punto de vista religioso (capital del franciscanismo, del diálogo interreligioso y ecuménico); histórico-paisajístico (Monumentos romanos y medievales, santuarios franciscanos, parque natural del Subasio); artístico (frescos de Cimabúe, Giotto, Lorenzetti, Simone Martini); cultural (conciertos, exposiciones, congresos...). Por estos y otros motivos, en el año 2000, la ONU ha elegido Asís como una de sus sedes oficiales y la UNESCO la ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Entre los motivos que han llevado a esta decisión están los siguientes:

1. Las principales obras maestras de artistas como Cimabue, Simone Martini, Pietro Lorenzetti y Giotto, y obras de arquitectura importantes como la Basílica de San Francisco han hecho de Asís un modelo y una referencia fundamental para la historia del arte europea, inspirada en el movimiento renovador, espiritual y religioso de los franciscanos.

2. La difusión del mensaje artístico y espiritual de la orden franciscana ha contribuido de modo significativo al desarrollo del arte y la arquitectura en el mundo.

3. Asís representa un ejemplo único de continuidad de una ciudad santuario en su ambiente natural, a partir de sus orígenes umbro, romano y medieval, hasta nuestros días, representados en el paisaje cultural, en los conjuntos religiosos, en los sistemas de comunicación y en la ocupación tradicional del suelo.

4. La Basílica de San Francisco es el ejemplo destacable de un tipo de conjunto arquitectónico que ha influido de manera significativa en el desarrollo del arte y la arquitectura.

5. Desde la Edad Media Asís, lugar natal de San Francisco, ha estado asociada estrechamente al culto y a la difusión del movimiento franciscano en el mundo, liberando un mensaje universal de paz y tolerancia, incluso respecto a las otras religiones y creencias.

El AVE asturiano se enseña


Es un laboratorio técnico rodante. Está lleno de cables, bidones con agua que imitan el peso de los futuros pasajeros, fundas de plástico que cubren los asientos y ordenadores que estudian la respuesta del tren en cada una de las cerradas curvas del Pajares. El Ave de Asturias, el tren de alta velocidad que llegará a la región, lleva una semana de Busdongo a Pola de Lena, y vuelta otra vez. Decenas de veces, todos los días, para probar su adaptación a las endiabladas curvas del Pajares. Y es que el tren circulará por la región mucho antes de que llegue la alta velocidad.

Renfe comenzará a utilizar los Talgo Bombardier 130 a finales de este año, cuando entre en funcionamiento la línea de alta velocidad entre Madrid y Valladolid. Será entonces cuando los nuevos trenes recorran, ya con pasajeros, el viejo trazado ferroviario del puerto debido a su capacidad para adaptarse a cualquier tipo de vía. La clave de la nueva flota es su característica de «rodadura desplazable», que permite circular indistintamente por vías de ancho nacional e internacional.

La puesta en marcha de este tren, que utilizará la línea de alta velocidad entre Madrid y Valladolid para después circular por ancho nacional hasta Asturias, permitirá acortar los tiempos de viaje entre Asturias y Madrid una hora y cuarto. La nueva flota puede circular a una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora en líneas de alta velocidad y 220 kilómetros por hora en las convencionales; pero antes de que los asturianos puedan subirse al nuevo tren las máquinas y los vagones son sometidos a distintas pruebas por todo el mapa ferroviario del país.

Pajares es la prueba de fuego para las curvas de radio muy corto, entre 250 y 400 metros. Antes de llegar a Asturias el tren estuvo en Ávila para analizar su respuesta en curvas amplias, de 400 a 600 metros, y con anterioridad los técnicos pisaron el acelerador a fondo por las rectas de Oropesa (Castellón), para probar la velocidad en vías de ancho ibérico, llegando a los 242 kilómetros por hora. Tras las curvas asturianas el tren irá a buscar su velocidad punta en líneas de alta velocidad, donde alcanzará los 275 kilómetros. Antes de pasar el visto bueno final el tren tendrá que hacer 100.000 kilómetros en pruebas.

Fuente: LNE

El Alcalde pide dinero al Estado para restaurar una capilla de la Catedral


El Alcalde ha remitido una carta a la ministra de Cultura, Carmen Calvo, defendiendo la inclusión de la rehabilitación de la capilla de Los Vigiles de la basílica de San Salvador entre las actuaciones financiadas por el plan nacional de catedrales. Aunque el cabildo y la Comisión Diocesana de Patrimonio han solicitado la inclusión en este plan de varias obras en el templo, Gabino de Lorenzo, al dirigirse a Carmen Calvo, sólo se refiere a la de la capilla de Los Vigiles y expresa su temor a que, por razones políticas, no salga adelante: «Con la Catedral debería usted hacer una excepción a su política sistemática contra Oviedo».

De Lorenzo indica, dirigiéndose a la Ministra, que «la Catedral ovetense necesita esa inversión y sería una grave injusticia que por razones políticas quedara marginada en las inversiones de su Ministerio». Le recuerda su «larga trayectoria de desencuentros con la ciudad de Oviedo» y saca a relucir «la subvención a la ópera, escandalosamente discriminatoria respecto a la de Bilbao».
Sobre la Catedral, Gabino de Lorenzo expresa su confianza «en que la cercanía de las elecciones del 27 de mayo la ayude a cambiar de criterio y permita un tratamiento a la Catedral ovetense en igualdad de condiciones al resto de España».

El cabildo ha solicitado financiación para varias intervenciones en la Basílica, a cargo del plan director de catedrales. El deán Ángel Pandavenes cita, junto a la rehabilitación de la capilla de Los Vigiles, la recuperación de la techumbre de las capillas laterales más bajas, como la de Santa Eulalia, y la restauración de las vidrieras de la fachada norte.

La solicitud se ha presentado, según la tramitación habitual, a la Consejería de Cultura y deberá ser estudiada y aprobada por el Consejo de Patrimonio.

De momento, el deán no tiene noticia de que el asunto haya sido tratado aún en esta comisión. Pandavenes espera contar como valedor de sus peticiones con el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, al que, según contó, se dirigió expresamente, como ya hizo en anteriores ocasiones, buscando respaldo para obras como la renovación de las cubiertas. Antonio Trevín, según refirió el deán, conoció el proyecto para la capilla de Los Vigiles de primera mano, a través de los propios arquitectos.
Pila bautismal

El proyecto de rehabilitar la capilla de Los Vigiles para colocar en ella una pila bautismal data de noviembre de 2005 y es una iniciativa promovida por el Arzobispado. El proyecto, firmado por los autores del plan director de la Catedral, Cosme Cuenca y Jorge Hevia, respetará el estilo original de la capilla, incorporando algunos símbolos relativos al bautismo y diferenciando los elementos más antiguos y los que se añadan en la reforma.

Fuente: LNE