viernes, 2 de marzo de 2007

En la rula de Aviles saben hasta latin


En la rula de Avilés ya saben hasta latín. Y no es una frase hecha, sino que por la cuenta que les trae, según explican, han tenido que convertirse todos en unos expertos en taxonomía y aprender a denominar científicamente -en la lengua de Cicerón- las especies que habitualmente se subastan en la rula. Por poner unos ejemplos: la xarda, que está de temporada, ha pasado a ser «Scomber scombrus»; el suculento virrey, un «Beryx decadactylus», o la merluza, que ahora prácticamente brilla por su ausencia tras la fuga de barcos del puerto pesquero avilesino, «Merluccius merluccius».

Así rezan desde diciembre los nombres de esas especies en los documentos de transporte del pescado que entra en la rula para subastarse. Ante el «celo» con que la inspección de la Dirección de Pesca del Principado se toma su trabajo en Avilés, explican, la Cofradía de Pescadores se vio en la necesidad de entregar a sus clientes guías para facilitarles el cumplimiento «a rajatabla» del real decreto de octubre de 2004, que regula la primera venta de productos pesqueros.

En el artículo 7.g) de dicha normativa se recoge que debe figurar en el documento -entre otros datos- la denominación comercial y científica de cada especie. Hasta diciembre y como en todas las lonjas, aseguran, se venían cumplimentado los documentos a la antigua usanza y sin problemas. La sardina era «sardina» a secas, y punto. «Las prisas o la falta de medios hace que a veces hasta se escriba en hojas en blanco», explican. «Claro está, eso no sucede ahora en Avilés, donde nos miran con lupa. Como prueba, aluden al episodio del miércoles, cuando el Principado impidió la venta de un cargamento de pescado por irregularidades en el transporte.

«La sanción fue desproporcionada. Esto y lo de las guías en latín es una prueba más del acoso y derribo al que nos somete Pesca para ahuyentar a clientes e impedir que gestionemos la nueva lonja», se quejan en la cofradía. Fue en diciembre cuando en la rula recibieron la advertencia de que sin el nombre científico de los peces las guías no valían. Y ni cortos ni perezosos, diseñaron unos nuevos documentos con la denominación en latín, junto a la comercial. Admiten que es lo que dice la ley, pero se preguntan si en lonjas como en Gijón, de la que a diario parten numerosos camiones con pesca para venderse en Galicia, se siguen controles tan rigurosos.

Fuente: LNE

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