sábado, 3 de marzo de 2007

Las bodas civiles en Asturias continuan en alza


Las bodas civiles continúan al alza en Asturias y siguen ganando terreno a los enlaces religiosos. Los matrimonios no sujetos al rito católico representaron el 44,2 por ciento de las uniones registradas en la región a lo largo de 2005, según consta en la última memoria del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

Se trata de un incremento de sólo dos puntos con respecto a 2004, pero si se amplía el horizonte temporal el crecimiento es espectacular, ya que en 1999 sólo un 28 por ciento de los asturianos decidió casarse por vía no religiosa, frente al 72 por ciento que prefirió pasar por vicaría.

Los sociólogos pueden encontrar en 2005 un año interesante por varios motivos: por un lado, porque muestra claramente la curva descendente de los enlaces canónicos (2.449, frente a los 2.584 del curso anterior) y la fina línea ascendente de los enlaces civiles (1.944, frente a los 1.898 de 2004) y, por otro, revela un descenso en el volumen total de matrimonios, lo que contrasta con la progresión de los últimos años (entre 1999 y 2004 las bodas se incrementaron un 13 por ciento).

La boda religiosa es todavía la opción preferida por las parejas asturianas en todos los partidos judiciales, salvo en los de Villaviciosa y Castropol. Villaviciosa se ha convertido en el municipio por excelencia de los enlaces civiles debido, sobre todo, al tirón de la capilla no consagrada del restaurante El Pinal, en Peón.

El complejo hostelero no es Las Vegas, pero casi: hay fines de semana en los que se celebran hasta seis bodas diarias. En 2005 hubo más del doble de enlaces civiles que religiosos (130, frente a 60) en Villaviciosa. En Castropol, en cambio, la diferencia a favor de los matrimonios civiles es mínima (14 a 12).

En Gijón, Oviedo y Avilés, principales núcleos urbanos de la región, siguen primando los matrimonios por el rito religioso, aunque los civiles también han ganado muchos contrayentes en los últimos años. En otros concejos situados en zonas mineras como Lena, Langreo o Mieres hay diferencias muy ajustadas.

En Mieres, por ejemplo, se contabilizaron más bodas civiles que religiosas en 2004, y sin embargo un año después se revirtió la situación y los matrimonios canónicos volvieron a ser mayoritarios.

En otros municipios del Suroccidente, como Tineo, Grado o Cangas del Narcea, en cambio, no hay color: la inmensa mayoría de las parejas sigue declarándose el «sí quiero» ante el altar. Lo mismo ocurre en Llanes y sobre todo en Cangas de Onís, donde sólo hubo 10 bodas civiles frente a 97 religiosas, lo que podría obedecer al deseo de muchísimos asturianos de casarse en Covadonga.

La Iglesia asturiana relaciona el auge de las bodas civiles con el incremento de las separaciones y los divorcios y el proceso de secularización de la sociedad española, al que no son ajenas las parejas de la región. Los divorciados tienen que casarse necesariamente en los ayuntamientos o los Juzgados porque la Iglesia no acepta las uniones en segunda instancia, salvo en los casos en los que haya habido una nulidad matrimonial.

La inmigración, según coinciden los especialistas, también ha tenido mucho que ver en la progresiva secularización de las bodas, porque cuando alguno de los dos miembros de la pareja es de origen extranjero el enlace se celebra casi siempre por lo civil.

Fuente: LNE

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