El arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro, resaltó ayer la «fuerza única» de los sacerdotes al «ser testigos del amor de Dios». En una carta pastoral con motivo de la jornada del día del Seminario, que se celebrará el próximo domingo, Osoro se muestra partidario de que se plantee entre los más jóvenes la opción del sacerdocio.
A juicio de Osoro, en la vida de los sacerdotes ser testigo del amor de Dios no es un «apéndice» de su existencia, sino que constituye el «núcleo fundamental de su ser y la quintaesencia de su vida». También hizo mención al texto evangélico «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies», para, a continuación, solicitar a las familias cristianas que hablen con sus hijos del ministerio sacerdotal.
Pidió, además, a los educadores que «no se retraigan» a la hora de plantear como «opción de existencia humana» la escucha y la respuesta a ser sacerdotes. Osoro realizó una «llamada» a jóvenes y niños para decirles que relativizar el yo y las pretensiones humanas no es ninguna frustración, sino «todo lo contrario».
Por lo que respecta a los propios sacerdotes, les pidió que se conviertan en «medios visibles y creíbles» ante toda la comunidad cristiana, para hacer ver que «la obediencia esencial y fundamental» de la Iglesia a Cristo pasa por que haya hombres que aceptan organizar su existencia conforme a las palabras de Cristo: «Id por el mundo y anunciad el evangelio». Tuvo un especial recuerdo para el Seminario Metropolitano de Oviedo y los seminaristas que allí se forman.
Señaló que la «tarea urgente» a partir de ahora es la de estructurar el Seminario como «una realidad teologal, como primicia de la vida en el Espíritu». Animó así a los formadores, los seminaristas y los profesores.
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