lunes, 11 de junio de 2007

Comienzan los preparativos del año santo en Asturias


Los fieles que acudan a partir del 7 de enero a la Catedral o a la basílica de Covadonga, oigan misa, se confiesen, comulguen y recen por la persona e intenciones del Papa, se ganarán una indulgencia plenaria. Así lo comunicó ayer el Arzobispo, Carlos Osoro, tras recibir una comunicación de la Santa Sede.

La Santa Sede ha comunicado al arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro, que todos los fieles que acudan en 2008 a la Catedral de la capital asturiana y a su Cámara Santa o a la basílica de Covadonga podrán ganar indulgencia plenaria en las condiciones acostumbradas por la Iglesia.

Monseñor Osoro dio a conocer ayer esta noticia durante la homilía de la misa del Corpus Christi en la Catedral, una misa mayor a la que acudieron cientos de personas que abarrotaron el templo ovetense, con el alcalde, Gabino de Lorenzo, a la cabeza, junto a numerosos representantes de la Corporación municipal.

La concesión de la indulgencia plenaria se ha hecho en respuesta a la petición realizada por el arzobispo, Carlos Osoro, a la Santa Sede con ocasión del jubileo de 2008, en que se celebra el 1.200.º aniversario de la Cruz de los Ángeles y el 1.100.º de la Cruz de la Victoria. Las indulgencias podrán ganarse durante un año, desde el comienzo del año jubilar en la fiesta del bautismo del Señor, el 7 de enero de 2008.

El escrito de la Penitenciaría Apostólica enviado por la Santa Sede establece un amplio marco de concesión de las indulgencias: comienzo y clausura del año jubilar, solemnidades y fiestas litúrgicas, peregrinaciones en grupo a los lugares señalados, visitas privadas a las cruces o a la Santina con el rezo del Padrenuestro, el Credo y la invocación de María.
Enfermos e impedidos podrán participar de las gracias concedidas por el Papa uniéndose espiritualmente a aquellos que realicen alguna visita piadosa o peregrinen a la Catedral o a Covadonga.

Además, la Santa Sede ha facultado al arzobispo de Oviedo para que, con ocasión del jubileo archidiocesano, en un día que habrá de señalarse previamente, imparta «la bendición papal con la indulgencia plenaria».

Monseñor Osoro aprovechó la misa del Corpus para asegurar a los numerosos fieles que asistían a ella la realidad de la eucaristía, puesto que «el Corpus Christi nos invita a experimentar lo que es de verdad la libertad, porque nos obliga a darnos en todo lo que somos, sin guardarnos nada; por eso es normal que este día sea considerado el día de la caridad».

Tras la celebración eucarística, en la que participaron decenas de niños que durante las últimas semanas habían celebrado la primera comunión, el Arzobispo, con el Santísimo expuesto y bajo palio, abandonó la Catedral para ir en procesión hasta la iglesia de San Isidoro. Osoro fue seguido por la Corporación municipal y por cientos de personas, y precedido por los niños y los estandartes de la Adoración Nocturna.

Tras la bendición del Santísimo a la puerta de la iglesia, la comitiva regresó deprisa a la Catedral, ya que la lluvia, que había concedido un paréntesis a la procesión para que se pudiera celebrar, volvió a arreciar con fuerza.

Fuente: LNE

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