sábado, 16 de junio de 2007

Gaitas a todo tren


El propósito era promocional -dar a conocer la nueva estación ferroviaria de Llamaquique-, pero la actuación que José Angel Hevia ofreció ayer en su interior no fue, ni mucho menos, de compromiso. El gaitero y su banda anunciaron que éste sería su último concierto en Oviedo con ese repertorio, antes de la salida de su nuevo disco. Hevia se dirigió al público entre canción y canción, haciendo comentarios sobre ellas y animando a los asistentes a utilizar el tren para sus desplazamientos.

El concierto, patrocinado por Renfe, arrancó con «Carretera de Avilés» y «Fandango de los llobos». El músico contó con un público atento y más bien formal, poco expresivo, pero muy agradecido en los aplausos al final de cada canción.

La organización repartió durante los días precedentes unas mil entradas, todas las disponibles. Desde luego, no todos los que tenían una estaban ayer en Llamaquique, pero la asistencia fue numerosa, con el vestíbulo y las escaleras de bajada llenos de gente.

Mientras José Ángel Hevia tocaba, los trenes seguían circulando en la planta inferior y continuaba el trasiego de pasajeros que entraban o salían de los andenes, utilizando el entramado de escaleras mecánicas. El vestíbulo de Llamaquique se adecuó para esta ocasión extraordinaria con una iluminación artística. Bajo el emplazamiento del escenario se colocaron algunos carteles con el distintivo de Renfe y Cercanías de Asturias.

El gaitero reconoció, al empezar el concierto y en tono de broma, que «ésta es la primera vez que me ponen una escalera mecánica para subir al escenario». Previamente, según la organización, Hevia y su banda habían elogiado la calidad acústica de la recientemente inaugurada estación.

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