domingo, 3 de junio de 2007
Una "vueltina" por el alma de un poeta ovetense
Echando de menos el joven que fue, los amigos y algún paisaje urbano de su infancia, Ángel González (Oviedo, 1925) cumplió su cita anual con el premio «Alarcos» de poesía y aprovechó para reunirse con algunos amigos y participar de una velada poética con sus propios versos de fondo. Con la misma barba de patriarca de siempre y el ímpetu más sosegado por el peso de una vida tallada en mil laberintos, González extrae de un silencio profundo, y con cuentagotas, las palabras que acuñan la firmeza de convicciones que ya asomaban hace varias décadas en «Áspero mundo».
-Tiene fama de noctámbulo, ¿sigue prefiriendo la noche al día para vivir y escribir?
-He sido siempre noctámbulo. Ahora lo soy un poco menos, me retiro antes, pero siempre me ha gustado la noche. Para escribir depende del momento; no tengo un encuadre del tiempo en el que escribo más o mejor, puede ser de noche o por el día.
-Esa preferencia por las horas nocturnas ¿se aprecia en su poesía?
-Supongo que sí, no lo sé. Algún rastro de mi gusto por la noche aparecerá en mis poemas.
-¿Qué sensación le producen sus reencuentros con Asturias?
-Como en la mayor parte de la gente que salió de la tierra donde nació y se crió, hay una especie de vuelta a sensaciones olvidadas, a recuerdos, a lo que queda del Oviedo que yo viví de niño y de joven. Todo eso me produce un impacto emocional, evoca un tiempo perdido ya.
-Hubiera preferido haberse quedado en Asturias.
-Estoy contento de haber podido viajar y conocer otras cosas; si no lo hubiera hecho, me habría dejado una gran insatisfacción. Vivir en Asturias es una posibilidad que alguna vez me planteé, pero no salieron las cosas bien y tuve que resignarme a no vivir aquí.
-¿Qué echa de menos cuando vuelve?
-Echo de menos a personas que ya no están y que eran para mí una motivación para venir más a Asturias, por ejemplo Emilio Alarcos; echo de menos paisajes urbanos que han desaparecido y, en fin, en realidad echo de menos mi propia juventud.
-¿Cómo recuerda a Emilio Alarcos?
-Era ante todo un gran amigo, inteligente, irónico, sencillo... y a la vez de ser un gran amigo, era un crítico notable de poesía, un gran filólogo que escribió mucho sobre mí en un momento en que nadie de su talla se ocupaba de mis poemas, porque estaba empezando. Le debo a Emilio muchas cosas; entre otras, ésa.
-Valore su poesía.
-Me parece la obra de un poeta auténtico, verdadero, una poesía que el guardó en secreto muy pudorosamente durante muchos años y que su viuda decidió publicar porque merece la pena. Es una poesía muy bien hecha que sería imperdonable tener escondida.
-¿Sabía que escribía, le mostró en alguna ocasión sus poemas?
-No lo comentaba con nadie. Lo llevaba rigurosamente en secreto, pero yo sabía que él escribía poesía.
-El PP ha vuelto a obtener mayoría absoluta en Oviedo, ¿es una ciudad conservadora?
-No sé si tengo autoridad para opinar, porque vengo mucho, pero no lo suficiente, pero creo que Oviedo, dentro de Asturias, es una ciudad conservadora, Asturias es más progresista, pero pienso que Oviedo tiende a ser conservadora.
-¿Tiene alguna explicación?
-No lo sé, pero supongo que tiene que ver con que Oviedo es una ciudad de funcionarios y comerciantes y eso tiende más al conservadurismo.
-¿Cómo ha visto los resultados en el resto de España?
-Salvo en Madrid, que es también una ciudad muy conservadora, los resultados no fueron tan malos para el Partido Socialista y en general para los sectores más progresistas. Creo que en España las votaciones fueron satisfactorias para los partidos de izquierdas.
-En los resultados de Madrid ¿tuvo algo que ver la teoría de la conspiración?
-No sé hasta qué punto pudo haber influido en los resultados. El problema de ETA sí influye, y toda esta serie de calumnias y ese afán de tergiversar la realidad para presentarla con determinadas luces; creo que eso ha podido influir algo, pero no del todo. La gente no es tonta y no puede creerse determinado tipo de patrañas.
-¿El terrorismo tiene fecha de caducidad?
-Se tiene que acabar en algún momento. No sé si será más o menos pronto, pero se tiene que acabar; es posible que no estemos tan lejos de su final como algunos piensan.
-¿La España de los dos bandos se resiste a desaparecer?
-La ruptura viene más por la actual oposición, deseosa de recuperar el poder a toda costa. Se dedica más a calumniar, a zaherir a las fuerzas que tiene en frente que a colaborar con ellas desde una postura de oposición desde la que se pueden tomar muchas actitudes, y una de ellas es la de colaboración con el Gobierno. Creo que su deber es mirar más los intereses del país que sus intereses particulares de partido.
-¿La izquierda está a la altura de lo que se espera de ella?
-La izquierda socialista que ha gobernado hasta ahora ha hecho cosas muy importantes y muy difíciles y las ha hecho muy bien, por ejemplo, la retirada de Irak, una decisión importante que realizó sin ningún tipo de inhibición.
-Si tuviera que elegir, ¿con cuál de sus libros se quedaría?
-No sabría elegir, uno no ve con claridad lo que hace.
-¿Para qué sirve la poesía?
-Lo que ocurre con la poesía se puede hacer extensivo a todo el arte. La poesía no tiene una utilidad, como un plato o un vaso, pero produce placer, nos da una visión inédita del mundo y tiene la utilidad de las cosas que, a veces, son bellas, y otras son importantes por lo que dicen y por cómo lo dicen sobre todo. No hay que buscarle utilidades; sirve para muchas cosas, a veces espiritualmente, otras nos satisface estéticamente; es una manifestación, una forma de arte y tiene la misma utilidad que el arte en general.
-Algunos la han visto como un antídoto contra el paso del tiempo.
-Puede ser una especie de consuelo o de terapia contra los problemas que todos tenemos.
-La enfermedad que padeció en su juventud ¿tuvo algo que ver con su vocación poética?
-Así fue. La situación que se creó a partir de la enfermedad, de vivir aislado, solo, leyendo mucha poesía, fue lo que fomentó que yo escribiera. En otras circunstancias yo no sé si lo hubiera hecho.
-¿Cuál fue, entonces, su primer deslumbramiento poético?
-El primero fue el Juan Ramón Jiménez de la «Segunda antología», que es un libro espléndido, y algunos poetas del 27 a los que conseguí acceder, como Alberti y Lorca. Todos los poetas me influyeron en mis primeros tanteos como escritor de versos.
-Pesimista, nostálgica, melancólica... son términos muy utilizados a la hora de hablar de su poesía.
-Hay un fondo de pesimismo y de nostalgia en mis poemas, pero también hay una veta de esperanza y de optimismo en otros aspectos. Como casi siempre ocurre con la poesía, mis poemas ofrecen distintas facetas y distintas posibilidades de lectura.
-En su creación poética hay una evolución notable.
-La poesía llamada social o del realismo crítico tiene más presencia en mis primeros libros, pero eso no significa que en los últimos haya desaparecido. Hay un cambio de proporción entre la poesía con contenido ético, crítico, social, y la más íntima, motivada por otras situaciones, pero pienso que está presente en toda mi obra la preocupación por la sociedad, por el mundo, por la Historia con mayúscula.
-Opine de la poesía de los más jóvenes.
-Hay muchas tendencias que coexisten y eso está bien; hay poetas jóvenes muy interesantes en este momento. Me satisface ver que sigue evolucionando y copando un espacio en la creación de los jóvenes.
-¿Qué lectura hace de su experiencia americana?
-Allí he vivido siempre en ambientes hispanos. La vida americana es un espectáculo para el mundo entero, pero desde aquí también se ve.
-Realizó estudios de Periodismo, ¿cómo ve la profesión?
-Hubiera preferido un periodismo más neutral que el que veo ahora en España.
Fuente: LNE
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