El II Congreso internacional sobre el Santo Sudario dio ayer una vuelta de tuerca más en su afán docente con la explicación práctica de cómo le colocaron el Sudario a Cristo. A las órdenes de Guillermo Heras Moreno, director del equipo de investigación del Centro Español de Sindonología, el propio presidente, Jorge Manuel Rodríguez Almenar, y el investigador Felipe Montero Ortego enfundaron en un trapo con las mismas medidas del original lienzo ovetense a un voluntario del público, mostrando paso a paso el proceso que ha llevado a la formación de las manchas de sangre en varias partes del Sudario.
Sobre la explicación, que despertó un inusitado interés en el Auditorio, Heras Moreno aseguró al centenar de asistentes las certezas que han sacado los investigadores en 20 años de estudio del Sudario sobre la colocación y la plasmación de las manchas en la tela. Así, aseguró que el lienzo fue colocado en la cara del cadáver, Jesús, según la tradición, «al menos por dos personas, y una de llas era seguramente mujer, porque hay una marca de mano más pequeña que las otras». «El cadáver fue tratado con mucho cuidado, porque si el Sudario no se hubiera colocado con un cuidado exquisito las manchas de sangre estarían emborronadas», explicó guillermo Heras Moreno. Y apostilló: «Este lienzo no fue una mortaja. Se quitó del cadáver en el sepulcro».
El experto reconoció que es imposible a día de hoy confirmar que el Santo Sudario de Oviedo cubrió la cara de Jesús, aunque señaló que «si el sudario no es de Jesús, no tengo ni idea de quién es, porque no hay otro candidato». Por esta razón, Heras Moreno cerró su participación pública en el congreso con una invitación a continuar con la investigación: «¿Es el Sudario de Oviedo el de Jesús de Nazaret? Continuará».
El congreso se cierra hoy con una jornada en la que habrá actividad sólo por la mañana. De diez a una de la tarde se realizará una reflexión bíblica, arqueológica y teológica en torno al Sudario y la Síndone de Turín. Participarán ponentes como Domingo Muñoz León, doctor en Sagrada Escritura, o el jesuita Manuel Carreira Vérez, doctor en Ciencias Físicas por la Universidad Pontificia de Comillas. El congreso lo cerrarán Guillermo Heras Moreno, Jorge Manuel Rodríguez Almenar y el deán Ángel Pandavenes.
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