martes, 17 de abril de 2007
La novela sobre el Santo Sudario es mas respetuosa con la Iglesia, que el Codigo da Vinci
El sudario', el 'thriller' con pretensiones de 'best seller', no ha pasado desapercibido en la ciudad en cuya Catedral se venera el paño que cubrió el rostro de Cristo en su sepultura.
El deán, Ángel Pandavenes, ya lo ha leído, y la cronista oficial de la ciudad, Carmen Ruíz-Tilve, quiere comprarlo cuanto antes. No ha hecho falta un lanzamiento publicitario especial para despertar la curiosidad de los lectores, si bien es verdad que juega con ventaja al ocupar un lugar destacado en algunas librerías.
Sin embargo, en muchos casos, no ha conseguido el resultado deseado. Sonia Fernández, dependienta de Ojanguren, sólo había vendido ayer nueve ejemplares. «La gente espera un estudio más científico.
Al ver que es una novela y de ficción, ya no les llama tanto la atención». En Santa Teresa, con 31 ejemplares, y Cervantes, con más de medio centenar de los 5.000 que han adquirido, valoran que las ventas marchan muy bien.
El libro llegó a sus estanterías el 22 de enero. El deán lo compró el viernes, nada más conocer su existencia. Aunque la trama, el estilo y el tema recuerdan a 'El Código Da Vinci', el libro escrito por los estadounidenses Leonard Foglia y David Richards es más riguroso y, también, más respetuoso con la Iglesia. «'El Código Da Vinci' es ofensivo, es insultante para la Iglesia Católica», juzgó Pandavenes.
El título le hizo esperar que se iba a encontrar una obra con más presencia del Sudario. Sin embargo, hasta muy avanzada la trama, el lienzo es casi algo accesorio. La verdadera protagonista es la joven de Boston Hanna Manning.
La novela relata cómo el sacerdote encargado de proteger las reliquias de la Catedral muere en circunstancias misteriosas. Las autoridades eclesiásticas no se percatan de que el Sudario ha sido alterado.
Mientras tanto, la protagonista decide convertirse en madre de alquiler. Cuanto más avanza la gestación, más deseo tiene de quedarse con el bebé y más detalles inquietantes descubre. Pide ayuda a un sacerdote, quien descubre que la joven es víctima de un «experimento monstruoso». Con una mínima afición a este tipo de literatura es fácil de imaginar de qué se trata: la clonación de Cristo a partir del ADN del Santo Sudario.
Sin embargo, el experimento es imposible después de tanto tiempo, según el presidente del Centro de Sindonología de Valencia, Jorge Manuel Rodríguez. «No se puede clonar nada con lo que hay en el Sudario», manifestó ayer este escéptico, que no espera gran cosa de las novelas con ambientaciones históricas.
El deán recomienda leer la novela con cierto distanciamiento y consciente de que los hechos son ficticios, como ya advierten los autores. Y con ese espíritu seguramente la cogió en sus manos el gerente de Cervantes, Alfredo Quirós. Se encontró, dijo, con un producto «bastante bien escrito» y de rápida y amena lectura. Él, de hecho, la terminó en dos días y medio.
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