domingo, 15 de abril de 2007

Gracias, don Carlos por su ayuda


Gracias, querido arzobispo, por todo lo que hizo por nosotros en la Semana Santa de Avilés. Gracias por ser tan humano con la gente -como Jesús nos enseñó-. Es de todos conocido el gran cariño que todos los fieles le profesan (como botón de muestra, las numerosas personas que quisieron saludarle el Jueves Santo por la noche, porque tenían ganas de conocer a un arzobispo lleno de ternura, y usted, don Carlos, nos da ese cariño que tanto necesitamos y tanto necesita la Iglesia).

A lo largo de casi 50 años que llevo en ella me recuerda, aunque a algunos les resulte un disparate, a Juan Pablo II: yo viví con mi cámara su visita a Santiago de Compostela y a La Morgal-Covadonga.

Gracias, don Carlos, por aguantarnos ese «acoso» que le hacemos los que tanto le queremos. Gracias por decir que le gustó tanto -y demostrarlo- la procesión del Cristo de la Verdad y de la Vida, le confieso que me hizo llorar con su presencia, porque era el día más grande de mi vida. Yo fundé con la ayuda de mi junta directiva esa procesión y le di el nombre que hoy todos conocen.

Gracias por todo, don Carlos, porque para mí es el mejor arzobispo de España, hoy en Asturias al lado de nuestra Santina de Covadonga, que es lo más grande.


José Villoldo Hierro es hermano mayor del Santo Entierro.

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