viernes, 6 de abril de 2007
50 años repartiendo un poco de amor de Dios por Asturias
Llevan cincuenta años ejerciendo el sacerdocio y, aunque no saben si ya se han ganado el cielo, confiesan que tienen «muchos puntos» para haberlo hecho. Son los 26 sacerdotes que el 6 de abril de 1957 -hoy hace cinco décadas- se ordenaron en la catedral de Oviedo. Entre los curas que, en la jornada de hoy, celebran sus bodas de oro -de los que aún viven veinte- se encuentra el deán catedralicio, Ángel Pandavenes, y uno de los canónigos de la Santa Iglesia ovetense, José Franco Baizán Pando.
Ambos, junto a sus compañeros, empezaron su formación en el Seminario de Tapia de Casariego «siendo aún unos niños». De allí los trasladaron a Valdediós. En el enclave de Villaviciosa pasaron algunos de sus mejores momentos, como los meses de mayo cuando «íbamos para la cama y todos cantábamos a la vez una bonita canción dedicada a la Virgen María». Pandavenes y Baizán sólo tienen gratos recuerdos de aquellos años de preparación al sacerdocio. «Nos conocemos desde que somos unos críos. De hecho, somos todos como hermanos porque hemos vivido la mayor parte de nuestras vidas juntos», afirma Baizán.
Este párroco, ahora canónigo en la catedral de Oviedo, empezó a ejercer su labor sacerdotal en la parroquia de Figaredo. Baizán, que es natural de la localidad de Moreda, habla con emoción de aquellos días y de la «promoción del 57», la de él y sus compañeros: «Fuimos un grupo excepcional, muy cohesionado, todos nuestros profesores y formadores, a los que les debemos muchísimo, nos lo decían y aún nos lo recuerdan», apunta Baizán, que añade, con humor: «Mira si éramos buenos que el peor era yo».
Por su parte, Pandavenes -natural del concejo de Ponga- valora el paso del tiempo. El deán de la Catedral apunta que «desde hace cincuenta años han cambiado muchas cosas para bien y para mal, pero nada es ahora lo que era». Y es que esta generación de sacerdotes asturianos, procedentes de todos los rincones de la región, han sido por edad -todos tienen ahora entre 73 y 75 años- testigos principales de la «transición política, eclesiástica e, incluso, humana» de Asturias.
Además de Baizán y Pandavenes, los sacerdotes que hoy están de enhorabuena son: José Manuel Alonso García, que ejerce en La Camocha; Manuel Antonio Barrera García, organista de piano; Eduardo Berbes González, cura en Pumarín; Ezequiel Fernández Fernández, profesor en el Seminario de la ciudad; José Ovidio Fernández; Ángel Fidalgo Rivaz; José Manuel Fueyo, residente en Gijón; José Antonio González Blanco, cura en Vega de Aller; Avelino López Burgos, misionero en Brasil; José López Ramos; Justo Ordóñez García, misionero en Brasil; Daniel Presa Alonso, sacerdote en Priesca (Villaviciosa); Rodrigo del Sastre Vega, cura en Trubia; Senén Rodríguez Zapico; Fernando Tolivar Díaz Faes, residente en Navarra; Félix Torga Fernández, párroco de la localidad lavianesa de Lorío; Luis Valdés Díaz, cura en Noreña, y Luis Villaverde García, que ejerció muchos años en Cabo Peñas.
Fuente: LNE
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