miércoles, 25 de abril de 2007

Se estrena el Barbero de Sevilla


El género chico regresó al teatro Campoamor y lo hizo a través de dos de las más interesantes obras de parodia, «El barbero de Sevilla», de Manuel Nieto y Gerónimo Giménez, y «Bohemios», de Amadeo Vives.

Ambos títulos estarán en cartel hasta el próximo sábado formando parte de las propuestas de la XIV Edición del Festival de Zarzuela, que, entre otras instituciones, patrocina LA NUEVA ESPAÑA. La velada inaugural contó con el beneplácito del público, que llenó el teatro y que reconoció especialmente la trama vodevilesca de «El barbero de Sevilla».

Desde el palco municipal siguieron la función representantes de la Asociación de Libreros de Oviedo, acompañados por la concejala de Bienestar Social, Isabel Pérez Espinosa.

En el ámbito musical, Luis Remartínez, uno de los nombres habituales del ciclo lírico, demostró su buen hacer ante dos obras que requieren un aspecto específico que potencie por una parte la comicidad que emana de la música y, por otra, las dificultades propias del género chico en cuanto a la necesidad de mantener un ritmo musical vivaz que mantenga la estructura propia de obras de estas características.

En cuanto a la propuesta escénica que sustenta la trama dramática de las dos obras, funciona de manera más fluida en «El barbero de Sevilla» que en «Bohemios». Josep María Mestres, en su primer acercamiento a la zarzuela, que no a la música teatral, optó por potenciar el ámbito vodevilesco de la acción de la obra de Nieto y Giménez, pero su mirada a «Bohemios» no acabó de cuajar en condiciones, siendo el resultado final algo cansino y previsible.

En el reparto de «El barbero de Sevilla» destacaron las aportaciones de Charo Reina, muy simpática como doña Casimira; Milagros Martín como La Roldán, y Carmen González como Elena. En «Bohemios», también con el protagonismo de Carmen González, la soprano consiguió una adecuada intervención, y fue también destacable la aportación del tenor Albert Montserrat como Roberto, funcionando con corrección el resto del elenco y también de manera adecuada la aportación de la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo» y de gran solvencia la de la Orquesta Sinfónica «Ciudad de Oviedo» en el foso.

El doble programa integrado por el «El barbero de Sevilla» y «Bohemios» comparte puntos en común y vinculaciones temáticas y musicales, siendo ambas notables ejemplos de la pujanza del género en los inicios del siglo XX. Esta relación también llega a los propios autores, porque Amadeo Vives dedicó a Gerónimo Giménez «Bohemios» por la colaboración que le prestó el compositor sevillano en la gestación de la obra. Ambas tienen como telón de fondo una curiosa variedad muy cultivada en la lírica española que parte de la evocación y parodia de conocidas óperas italianas, en este caso «El barbero de Sevilla» de Rossini y «La Bohème» de Puccini.

Se trata de una fórmula de teatro dentro del teatro que supuso en su momento todo un «mecanismo de defensa» frente a la omnipresencia de la ópera italiana, que arrinconaba de los grandes escenarios a la ópera nacional española y que fue cultivada por otros autores como Barbieri y Gaztambide. Y alguna de estas obras, especialmente las dos que ahora forman parte del festival y otra como «El dúo de la Africana», del compositor Manuel Fernández Caballero, son ejemplos de ello.

En este sentido, Luis Remartínez defiende que «ambas obras son dos ejemplos exquisitos del género chico, convertido en la más pujante lírica nacional frente a los complejos de la búsqueda de una gran ópera española».

Fuente: LNE

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