Varios especialistas policiales en desactivación de explosivos recogieron el pasado miércoles, en un establecimiento hostelero del barrio de Santo Domingo, una granada recubierta de arena que, confundida con una patata, llegó a la capital asturiana en el interior de un saco procedente del sur de Francia.
La Policía Nacional, según informa «Efe», recibió una llamada telefónica en el 091 el pasado día 18. Procedía de un establecimiento de hostelería de la calle San Melchor, cuyo encargado avisaba de que había encontrado un objeto extraño y sospechoso en el interior de un saco de patatas.
Una dotación del grupo de Atención al Ciudadano de la Policía Nacional se trasladó hasta el bar y se entrevistó con el descubridor del hallazgo. Éste les explicó que estaba sacando patatas de un saco cuando encontró una que, por su peso y forma, le llamó la atención.
El hombre continuó contando que su sorpresa fue mayúscula cuando, al fijarse con más detenimiento, comprobó que podía tratarse de una granada, que se apresuró a dejar en un patio anexo a su local.
Los agentes policiales adoptaron las medidas de seguridad pertinentes y procedieron a la recogida del proyectil, con unas medidas de 60 milímetros de longitud y 100 milímetros de ancho.
La granada fue llevada a las dependencias del grupo especializado en desactivación de explosivos con el fin de estudiarlo y posteriormente proceder a su destrucción. El proyectil, según la Policía Nacional, estaba en el interior de un saco de patatas procedente de una empresa del sur de Francia.
Los responsables policiales suponen que la máquina encargada de la recogida, en el momento de llevar a cabo la tarea de remover la tierra y seleccionar los tubérculos, tomó el proyectil por una patata más, dado que el peso de ambos es similar.
La Policía Nacional cree que «probablemente, este proyectil haya permanecido enterrado en el sur de Francia, desde los tiempos de la II Guerra Mundial».
Fuente: LNE
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