martes, 3 de abril de 2007
Los jovenes van de marcha a Covadonga
La lluvia, las bajas temperaturas y, en ocasiones, el viento que reinó a lo largo de la mañana de ayer sobre las poblaciones de Cangas de Onís no fueron un obstáculo para que más de setecientos adolescentes participaran en la XXXI Edición de la Marcha de jóvenes cristianos. Savia nueva para Covadonga. Al frente de la comitiva, formada principalmente por jóvenes venidos desde todos los rincones de la geografía asturiana, el arzobispo de la diócesis, Carlos Osoro, animaba, al tiempo que daba ejemplo, a los chavales «a seguir el camino de la fe», mientras realizaba la caminata entre Cangas de Onís y el santuario.
A las diez y media de la mañana, los jóvenes cristianos salían de la capital del municipio cangués, después de que el arzobispo de Oviedo saludara a todos en la parroquia de Cangas de Onís. Tres horas más tarde, la mayoría de los jóvenes que iniciaron la caminata coronó las escaleras de la santa cueva, donde Osoro repartió a todos y cada uno de los caminantes una flor: «Tomad, se lo ponéis a la Santina y besáis la medalla», repetía una y otra vez el Arzobispo a los sufridos jóvenes que llegaban calados, como poco, hasta las rodillas, con evidentes síntomas de frío pero, sobre todo, con el corazón inundado de fe.
La marcha estaba dedicada este año a reflexionar sobre el mensaje que el Papa Benedicto XVI ha dirigido a los jóvenes del mundo, sobre un texto del Evangelio de San Juan: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». Fue un día de fiesta, en el que la Iglesia festeja su anual Jornada mundial de la juventud. Por el camino, tres menores abandonaron la marcha, y una más sufrió una grave retorcedura en uno de sus tobillos, por lo que tuvo que ser traslada al centro de salud de Cangas de Onís, según el ex delegado de la pastoral juvenil, Sergio Martínez, quien ejerció las labores de organización junto a un equipo formado por un total de doce personas.
Minutos antes de que todos los participantes en la marcha fueran a reponer fuerzas, el Arzobispo recitó una oración a la Santina para dar paso al turno de los bocatas y del café caliente. Estaba previsto que a las tres de la tarde se realizaran diversas actividades, organizadas por voluntarios de Cáritas Diocesana para presentar diversos proyectos de infancia, pero el mal tiempo obligó a cancelar gran parte de la programación, según confirmó uno de los jóvenes que participó en esta cita ya tradicional.
Fuente: LNE
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