José Pérez Barcia recibió, en un salón de plenos abarrotado, el título de hijo adoptivo de Cudillero. Era el primer acto de la jornada, en el que se distinguía al que ha sido párroco de Cudillero durante los últimos 36 años.
«Pretendemos devolver parte del afecto que nos ha demostrado don José», aseguró el alcalde, Francisco González, tras resaltar que el nombramiento de hijo adoptivo «es uno de los honores más destacados que puede ofrecer una Corporación municipal».
Pérez Barcia recordó los momentos de alegría, las luchas y los episodios duros vividos en la villa pixueta. «Hay raíces de bondad aquí, que cultivan lo mejor de las personas», dijo.
El párroco concluyó su intervención asegurando: «Mi corazón se llama y se llamará para siempre Cudillero».
El sacerdote, nacido en Nogueira de Muñiz (Galicia), en el seno de una familia de nueve hermanos, recaló tras el Seminario en Cudillero. En la villa pixueta, recordó el regidor, «le tocó estrenarse con un entierro». Después, continuó el Alcalde, «se fue a las Cuencas y volvió a Cudillero», donde creó una asociación que, dijo, «logró rescatar a dos docenas de jóvenes del mundo de la droga».
También puso en marcha la asociación Transeúnte, con un albergue por el que pasaron el año pasado 600 personas. «En este pueblo, que es el suyo, se le quiere y se le respeta», manifestó Francisco González.
Fuente: LNE
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