martes, 3 de abril de 2007

El Obispo Raul Berzosa pronuncia el pregon de la Semana Santa


El obispo auxiliar, Raúl Berzosa, se encargó ayer de leer el pregón de la Semana Santa de Gijón en la iglesia parroquial de San Pedro, aunque comenzó su discurso preguntándose «si acaso necesita ser pregonada». Berzosa se refirió a los actos que tendrán lugar hasta el próximo domingo señalando que se trata de días que «son todo menos folclore, leyenda o mito». Todo lo contrario. «Es la pasión de un hombre real y de carne y hueso», dijo.

Berzosa siguió la línea iniciada por Ignacio Alvargonzález, presidente de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales de Gijón, quien anunció que los actos religiosos de esta Semana Santa se desarrollarán «en un ambiente no excesivamente favorable». Berzosa, en su pregón, indicó cómo tiene que ser la Semana Santa, comenzando por «algo más que un símbolo nostálgico». Alvargonzález, por su parte, culpó de esta situación a «un problema de la sociedad actual, de negación de Dios, y a vivir como si Dios no existiera». El presidente de la Junta aseguró que «los gijoneses vivimos también en esa cultura laicista».

El obispo auxiliar anunció una «explosión» de austeridad y dramatismo en las calles de la ciudad. La Semana Santa «es de un Dios hecho hombre» en la que se vivirán cuatro pasiones: «Pasión en carne, pasión en el alma de cada cofrade al contemplar al Nazareno, pasión en el arte de los pasos y pasión en la historia continuada porque Jesús sigue sufriendo, muriendo y resucitando».

En el pregón Berzosa no dejó de enumerar las distintas procesiones que recorrerán las calles de la ciudad, ni a las cofradías gijonesas. Comenzando por la bendición de Ramos, hoy, para finalizar en el domingo de Resurrección cuando «todos los templos de la ciudad nos anunciarán un año más la buena nueva: "Cristo ha resucitado"», leyó.

En la segunda parte, el obispo auxiliar centró el pregón en la figura de Dios. «Nuestro Dios sufre, tiene corazón, es el gran compañero», dijo, para resaltar el Domingo de Resurrección. «En la cruz se manifestó como lo que es, un Dios: amor, compasión, salud y vida», continuó. Berzosa, en clara alusión a la situación actual de la Iglesia y la religión, se refirió a «un Dios original y diferente al inventado por la razón humana».

«Todos estuvimos en ese pueblo judío», dijo Berzosa, «con el verdugo y con el pueblo que se alzó» ya habló de ese día «hace dos mil años» como «el drama de un condenado a muerte en el que se concentra toda la historia de la Humanidad» para continuar afirmando que «era el centro y sentido de nuestra historia, personal y colectiva».

Los crucificados en este siglo son para Berzosa aquellos que se hallan en los hospitales, los inmigrantes, en pueblos destruidos... Las palabras finales del pregón fueron para todos los asistentes, a quienes pidió que «no tengamos miedo a quien nos conoce mejor que nosotros mismos y agudicemos los ojos del corazón para admirarle sólo a él».

El Obispo finalizó la lectura del pregón de la Semana Santa -«memoria colectiva de un acontecimiento que perdura y tiene eco»- deseando a los gijoneses «feliz y fecunda experiencia y felices actos de gracias, redentores y salvadores».
Los numerosos asistentes al pregón en la iglesia de San Pedro respondieron con un largo e intenso aplauso a las palabras del obispo auxiliar, que estuvo acompañado por los cofrades mayores de las tres cofradías gijonesas, el arcipreste y el párroco de la iglesia.

Fuente: LNE

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