
Las cabras bermeyas de Asturias cambiarán mañana los pastizales de las brañas por el recinto ferial de Pola de Allande. El primer concurso exposición de cabra de raza bermeya no tendrá lugar en Allande por casualidad. El concejo es el enclave en el que se juntan mayor cantidad de ejemplares de la raza caprina autóctona asturiana.
Al certamen acuden seis ganaderías, cinco de Allande y una de Cangas del Narcea. La bermeya está incluida como raza de protección especial. Actualmente, los animales se encuentran en el sur de la comunidad autónoma, fundamentalmente en la zona de influencia de los Picos de Europa y en el concejo de Allande, en el suroccidente asturiano.
La exposición y el concurso de bermeya servirá para que muchas personas conozcan un tipo de ganado caprino muy diferente a otro tipo de cabra, como la murciana, que en los últimos tiempos cuenta con amplia presencia en Asturias.
José Manuel Mesa, alcalde de Allande, destacó ayer que las tierras del concejo, con amplias extensiones de montes, están especialmente abonadas para la cría de la cabra autóctona. «Aprovechan muy bien el pasto de los montes y se adaptan perfectamente al terreno», indicó.
La cabra no es nueva en el ecosistema allandés, donde durante décadas ha prevalecido el vacuno de carne de la Raza asturiana de los valles. La pérdida de terreno de las bermeyas llegó como consecuencia de las repoblaciones masivas de montes que se llevaron a cabo en el siglo XX. La tendencia puede cambiar en el siglo XXI, con la recuperación de la raza puesta en marcha desde la asociación de criadores Acriber, que también organizan la muestra.
Ejemplares
A pesar de que hay menos ganaderías crece el número de ejemplares. Algunas de las explotaciones allandesas de cabra bermeya tienen más de cien cabras.
La asociación de criadores de cabra bermeya se constituyó en 1998 y es la encargada de llevar el libro genealógico de la raza.
La bermeya se caracteriza por su resistencia. Los expertos destacan que es capaz de producir cabritos de gran calidad en condiciones difíciles. Aunque se fue abandonado el ordeño tradicional de estos animales, la práctica se mantuvo en reductos queseros, para elaborar cabrales, gamonedo o queso de Los Beyos. El censo de cabras bermeyas en la región es de unas 2.000 reses, repartidas en poco más de 40 ganaderías.
El mayor número de cabezas se encuentra en el municipio de Allande, con casi 1.000 animales. Los diez concejos de la comarca oriental con presencia de bermeyas apenas suman entre todos 900 ejemplares. En el año 2006 la Consejería de Medio Rural firmó un convenio de colaboración con Acriber para el desarrollo de un programa encaminado a lograr la conservación y fomento de esta raza autóctona asturiana.
La cabra bermeya ha contribuido a la formación del paisaje, la cultura rural y el mantenimiento del ecosistema en zonas de especial importancia para el Principado.
Es un animal de capa roja, con varias tonalidades, pelo corto y una alzada de 73,3 centímetros en hembras y 79,5 centímetros en los machos. Uno de los objetivos prioritarios de los criadores es conseguir una recuperación del censo, promoviendo su cría en pureza y su difusión entre las explotaciones ganaderas, así como asegurar la conservación de material genético que permita preservar las características de la raza.
Fuente: LNE
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