jueves, 10 de mayo de 2007

La ceramica de Miranda cumple mil años


La cerámica de Miranda cumple mil años. Esta localidad, en los siglos X y XI de la Edad Media, era una pequeña población sustentada sobre un solar rico en caolines, extramuros de la villa de Avilés. Estaba rodeada de bosques, riachuelos y monte bajo. Estas tres últimas circunstancias son las que el alfarero Ricardo Fernández considera primordiales para explicar el nacimiento de la cerámica negra de Miranda, uno de los tesoros de la tradición avilesina.

El palacio de Valdecarzana acogerá esta mañana la presentación del folleto «Alfarería negra de Miranda», una pequeña publicación -patrocinada por el Ayuntamiento de Avilés y la oficina local de normalización lingüística- sobre una de las artes más significativas de Asturias.

Cuando se habla de cerámica negra se habla, en opinión de Ricardo Fernández, de la cerámica negra de Miranda. Ricardo Fernández explica en su folleto la historia de la divulgación por la región de esta artesanía tan singular. «En el siglo XVIII un alfarero de Miranda apellidado Ávila se trasladó a Llamas de Mouro, en Cangas del Narcea. Allí se llevó los modos de trabajar aprendidos en Miranda y allí se mantienen hasta la fecha», comenta. Ricardo Fernández es el único artesano ceramista que mantiene abierto un taller en Miranda, la tierra que vio el nacimiento de estas piezas de barro. «Soy el único, no el último», señala. Mantiene abierto el taller estudio El Alfar.

-¿Se puede hacer cerámica negra de Miranda fuera de Miranda?

-Claro que sí. Se puede hacer en cualquier sitio. La tendencia de los alumnos de la Escuela de Cerámica es la de derivar hacia la faceta artística, que es muy atractiva. Y esto sucede porque las escuelas no ofertan la posibilidad de conocer las tradiciones de la alfarería -explica el artesano.

La historia de esta manera de moldear el barro tiene dos etapas bien diferenciadas: hasta el siglo XVIII y la que se desarrolla en la actualidad. «Existen pruebas arqueológicas de que el palacio de Valdecarzana, que originalmente era del siglo XIV, se levantó sobre unos cimientos formados por piezas cerámicas de Miranda», asegura Fernández. «Los estudios arqueológicos así lo documentaron en su momento», añade. La historia de la manipulación del barro llega hasta la segunda década del siglo XX.

-Desapareció hacia 1910: la competencia enorme de las fábricas de loza, el cambio de costumbresÉ

Hasta 1973 no se recuperó esta alfarería. Fue el padre José Manuel Feito el responsable último de este renacer. Ricardo Fernández conoció la cerámica negra en el antiguo teleclub de la parroquia de Santo Domingo.

El autor de «Alfarería negra de Miranda» se estableció por su cuenta en 1992 . Es en la actualidad uno de los profesores de la Escuela Municipal de Cerámica. Una de las publicaciones señeras de la historia de la cerámica es, precisamente, obra de José Manuel Feito. Se trata de «Cerámica tradicional asturiana», de Editora Nacional. Es un estudio exhaustivo, desgraciadamente descatalogado, que se publicó en 1985. El folleto que presenta hoy Ricardo Fernández actualiza la alfarería local.

Fuente: LNE

1 comentario:

Elma S. Vega dijo...

Hola: Me llamo Elma, colaboro con Ricardo Fernandez (el autor del folleto de "Alfarería Negra de Miranda" y retratado en la foto que aparece en tu blog) en la elaboración del DVD sobre dicha alfarería que se cita en el artículo. Hemos creado un blog recientemente con la finalidad de pedir colaboración en la búsqueda de piezas de esta alfarería para que la catalogación sea lo más completa posible. Te agradeceríamos lo difundieras. Te doy la dirección del blog para que por favor lo leas. ¡Ah!, no es verdad todo lo que se dice en el artículo. Por tu parte haznos saber si conoces el paradero de alguna pieza. http://alfarerianegra.blogspot.com.Espero sigamos en contacto y ya te iremos contando.
Un saludo