jueves, 17 de mayo de 2007
El Alcade anima a celebrar la Balesquida
Como un «privilegio» se refirió ayer el Alcalde a la oportunidad que la Cofradía y la Sociedad Protectora de La Balesquida le han dado de pregonar las celebraciones en honor de la Virgen de la Esperanza, que tienen su culminación con el Martes de Campo, una fiesta, según Gabino de Lorenzo, «sencilla, humana y popular». Ayer, en el auditorio Príncipe Felipe, Gabino de Lorenzo habló de La Balesquida como de «un tesoro» para una ciudad como Oviedo que «ha sabido siempre cuidar de sus tradiciones» y que «mira con optimismo hacia el futuro, dinámica y emprendedora».
Modernidad y apego a la historia fue la idea que el Alcalde desarrolló durante su pregón, alertando del riesgo que corren los pueblos que olvidan sus tradiciones; «la pérdida de identidad». Advirtió, además, de que «una sociedad sin esperanza es una sociedad muerta» y pidió a la Virgen «que nos ayude a mantener viva la esperanza en un Oviedo amante de sus tradiciones que mira con ilusión hacia el futuro» y que «progresa sin perder la autenticidad».
De Lorenzo se comprometió a ayudar a los cofrades y socios de La Balesquida en todo aquello que necesiten y les recordó que ahora disponen del mejor mirador de la plaza del Ayuntamiento, una de las plantas del edificio en cuyos bajos está instalada la Oficina Municipal de Turismo.
En la primera parte del pregón el Alcalde refrescó en la memoria de los asistentes, entre ellos muchos miembros de su lista electoral, algunos datos relativos a la historia de La Balesquida, como su creación en el siglo XIII y su vinculación al gremio de los alfayates o sastres. Quizás sea esta última, apuntó, la razón del «buen gusto en el vestir del que siempre hemos hecho gala los ovetenses».
Habló del bollo y el vino con el que se celebra el Martes de Campo. Opinó que el colesterol del chorizo del bollu preñáu debe ser del bueno. «De llevarnos a algún lado será al cielo de cabeza», dijo, y a los políticos les dio un consejo: «Legislen lo que tengan que legislar, pero el vino dejenlo quedar». «Que nadie se quede en casa», animó antes de terminar el pregón y unirse en un abrazo con el presidente de la Sociedad Protectora de La Balesquida, Francisco Blanco.
Para los miembros fallecidos, con especial mención al que fue alcalde de Oviedo, Luis Riera, hubo un emotivo homenaje. Vicente Prado «El Praviano» interpretó a la gaita una de sus composiciones, titulada «Despedida». Un concierto del Coro «El León de Oro», de música sacra y popular, puso fin a la primera cita imprescindible de este año con La Balesquida.
Fuente: LNE
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