domingo, 13 de mayo de 2007

Pequeños, humildes y pobres, asi quieren vivir los franciscanos de Aviles


Humberto González, el padre Tito -como es más conocido-, nació en 1968, en una aldea del concejo pontevedrés de Porriño. En 1994 tomó los hábitos franciscanos y en 2002 llegó a Avilés. Dos años después fue nombrado padre guardián de la congregación local -la única que existe en Asturias-, una de las más antiguas de la provincia de Santiago Apóstol, es decir, del noroeste de la península Ibérica.
-¿Padre guardián?
-Es el superior de la congregación. A San Francisco de Asís no le gustaban los cargos que implicaran jerarquía de unos hermanos sobre otros. Guardián es el que guarda la congregación.
-Vayamos al principio. ¿Por qué decidió usted hacerse franciscano?
-Me atrajo siempre la figura de San Francisco y tuve también siempre una tendencia muy marcada hacia lo religioso. Cerca de la casa de mi familia, en Ponteareas, hay un convento de franciscanos con quienes establecí contacto y comencé el postulantado, que es la etapa previa al noviciado, que hice cuando sentí la llamada del Señor.
-¿Qué le llamó la atención de la comunidad franciscana?
-Como le digo, conocí a los de Ponteareas y me gustó su estilo de vida, su fraternidad, heredada de San Francisco. Desde el principio quise vivir la religiosidad como estableció nuestro fundador, muy distinta de la de los sacerdotes, de los párrocos. Esa manera de vivir en comunidad. Los franciscanos basamos nuestra vida en tres puntos: la minoridad, la pobreza y la fraternidad.
-¿Qué significa eso de la minoridad?
-Desarrollamos la vida con el objetivo de ser los menores, los últimos.
-¿Sigue teniendo sentido una orden medieval en pleno siglo XXI?
-Vivir el santo Evangelio nunca deja de tener actualidad.
-Novicio en Ponteareas. Y después, ¿qué?
-Después hice la profesión temporal, los primeros votos temporales, que renové cada año, y el tercero ya hice los perpetuos.
-Supongo que sufrió un gran cambio cuando pasó de vivir en familia a hacerlo en comunidad.
-Un cambio fuerte. Pasé de vivir en casa de mis padres a hacerlo en el convento de Ponteareas, que tenía huerta, es decir, que me pude adaptar con tranquilidad a la nueva vida que había elegido. Pero nosotros, los franciscanos, somos una orden muy pegada al mundo, quiero decir que no somos bichos raros.
-Cuénteme cómo es la vida cotidiana de un franciscano.
-Sobre todo tenemos un contacto muy directo con los feligreses; nuestra labor es ofrecer atención espiritual a quien nos lo solicita y administramos la eucaristía en nuestra parroquia tres veces al día; los domingos y las fiestas, cuatro.
-Se dice que San Francisco pudo pasar por Avilés. De entonces, del siglo XIII, es la comunidad local.
-San Francisco de Asís nació en Italia. A raíz de la situación que vivía la Iglesia entonces, en la Edad Media, decidió impulsar el regreso a los orígenes del cristianismo y proponer su reforma. Dios se sirvió de San Francisco para la vuelta a los evangelios, a las enseñanzas de Jesús. Había que vivir en la humildad y en la pobreza. Se dice que San Francisco peregrinó a Santiago por el Camino del Norte; de hecho allí fundó la casa madre de la provincia franciscana Santiago Apóstol, que corresponde con el noroeste español. En esta provincia, fuera de Galicia, sólo mantenemos tres conventos: en Castroverde de Campos, en Zamora -antes teníamos una comunidad en la propia ciudad de Zamora, pero se tuvo que cerrar por falta de atención-; en Salamanca y en Avilés. Aquí los franciscanos llegaron por aquel tiempo y se mantuvieron hasta la exclaustración, que vino después de la desamortización de Mendizábal. Luego regresamos, a comienzos del XX, y nos ofrecieron esta iglesia, en lugar de la de San Nicolás, que fue nuestra casa original. Y hasta ahora.
-Ahora en Avilés la comunidad está formada sólo por cuatro frailes.
-Es mejor dirigir una comunidad pequeña que grande. A mí me cuesta mandar, porque pienso que sirvo más para obedecer. No tengo miedo de que seamos pocos; lo importante es que continuemos siendo fieles a nuestras vocaciones y trabajemos en favor de la sociedad, que es la razón última de nuestra orden.
-Los franciscanos nacieron para la evangelización y la guarda de los santos lugares.
-Mantenemos una misión en Marruecos, un país donde los religiosos tienen menos posibilidades de mantener obras sociales que las religiosas. Atendemos, por eso, a las monjas que trabajan allí y a los pocos cristianos que encontramos. Es una manera de tener presencia en un país sobre todo islámico. Respecto de los santos lugares, lo de guardarlos forma parte también de nuestras misiones.
-En la parroquia que ustedes dirigen existe la confesión comunitaria.
-No es exacto esto que me dice. Lo que hacemos es una celebración penitencial comunitaria, pero la absolución de los pecados es siempre individual.
-Explíquemelo.
-Verá: los feligreses se arrepienten de sus pecados en una celebración conjunta. Luego pasan por el confesionario para obtener la absolución. Nunca ofrecemos una absolución general.
-El convento en el que residen es un pegote de la parroquia. ¿No cree?
-Reconocemos que sí, que es un pegote. Espero que la nueva casa que nos han prometido quede lo mejor posible, porque esta nuestra no tiene condiciones.
-¿Qué noticias tiene del nuevo edificio?
-No sabemos cuándo nos vamos a marchar. Las obras empezaron con retraso y ese retraso se verá en la conclusión de la obra. Supongo que los trabajos terminarán dentro de un año o de año y medio. La casa nueva no será propiedad nuestra, será del Arzobispado, y nosotros sólo residiremos en ella como meros usufructuarios.
-¿Y no se plantearon regresar a San Nicolás de Bari?
-Tal y como están las cosas, quizá fuera difícil.
-¿Qué es la Orden Franciscana Seglar?
-La Tercera Orden fundada por San Francisco después de la nuestra y la de las Clarisas. Hay seglares que se casan, que viven en familia, que prestan su servicio a la comunidad y se rigen por la enseñanzas franciscanas. Siempre hubo representantes en Asturias: en Oviedo, Gijón y Avilés. Ahora mismo tenemos cuatro novicios.

Fuente: LNE

No hay comentarios: