jueves, 17 de mayo de 2007
"Asturias" en el Eliseo
«Asturias», el quinto movimiento de la suite española del compositor Isaac Albéniz, fue interpretado ayer al término de la ceremonia de investidura del nuevo presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en el Elíseo. La esposa de Sarkozy, Cecilia, es bisnieta de Albéniz, celebre compositor español nacido en 1860 y fallecido en 1909.
La pieza fue interpretada por una orquesta militar. Inicialmente compuesto para piano, «Asturias» fue adaptado después para guitarra y es una de las piezas más conocidas de Albéniz.
El traspaso de poderes, retransmitido en directo por la radio y la televisión, comenzó a las 11.00 horas con la llegada de Sarkozy al Elíseo, donde entró por el patio de honor.
Cecilia Sarkozy y el hijo de ambos, Louis, de 10 años, llegaron unos minutos antes acompañados por los dos hijos del primer matrimonio de Sarkozy, Pierre y Jena, y las dos hijas de las primeras nupcias de su actual mujer, Judith y Jeanne-Marie. Cecilia, de 49 años, iba vestida con un traje de color marfil satinado de la firma Prada. Era una puesta de largo para su nueva función como primera dama, que hace tan sólo dos años dijo que le parecía un «tostón».
No pasaron desapercibidos los gestos de ternura que le brindó su esposo, quien lo primero que hizo después de pronunciar su primer discurso (ver la página 57) fue darle un beso en la boca y acariciarle la mejilla, tras secarle una lágrima. Ella se mostró amable, pero no entusiasta.
Antes de la ceremonia, tras recorrer la larga alfombra roja extendida desde la entrada del patio de honor del Elíseo hasta la escalinata principal, Sarkozy fue acogido por Chirac, que lo esperaba al pie de la misma.
Ambos se dieron la mano y posaron unos instantes sonrientes, antes de entrar al Elíseo para un cara a cara en el despacho presidencial, en el que el presidente saliente entregó a su sucesor los códigos secretos de activación de las armas nucleares de Francia, una de las principales prerrogativas y responsabilidades del jefe de Estado.
Sarkozy acompañó luego a Chirac hasta el patio principal del Elíseo, donde ambos se despidieron larga y afectuosamente. Tras ello, el presidente saliente se desplazó hacia su nueva residencia, en el distrito VII de París, antes de iniciar unas vacaciones en Marruecos.
Posteriormente, Sarkozy volvió al interior del Elíseo, donde fue proclamado oficialmente presidente de Francia, y recibió el collar de Gran Maestro de la Legión de Honor, para después pronunciar su primer discurso como presidente de la República.
A las 14.00 horas, y tras haber almorzado en familia en el Elíseo, el nuevo presidente subió por los Campos Elíseos en un descapotable (un prototipo del modelo 607 de Peugeot), escoltado por la Guardia Republicana, hasta el Arco de Triunfo para reavivar la llama de la tumba del Soldado Desconocido y depositar sendas coronas de flores ante las estatuas de Georges Clémenceau y el general Charles de Gaulle.
Durante ese trayecto, Sarkozy se dio un baño de masas, rompiendo en varias ocasiones el protocolo para acercarse a sus seguidores, hasta el punto de poner en jaque en más de una ocasión a los encargados de la seguridad del presidente francés. También provocó un pequeño caos entre los fotógrafos que lo seguían, y más de uno acabó por los suelos por intentar captar la mejor instantánea de Sarkozy en su primera jornada como presidente. Además, el nuevo jefe del Estado francés rindió homenaje a los 35 jóvenes resistentes fusilados por los nazis durante la noche del 16 al 17 de agosto de 1944.
Fuente: LNE
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