martes, 1 de mayo de 2007
Las entrañas de la mina del siglo XXI
La ejecución de un plano inclinado o transversal para acceder a nuevas reservas de carbón y la modernización de las instalaciones permitirán al yacimiento de Hullas de Coto Cortés (Degaña) convertirse en una de las empresas mineras de referencia en el mundo. Aunque este ambicioso proyecto no estará culminado hasta dentro de dos años, la empresa ha ido incorporando progresivamente los métodos de extracción más modernos que se conocen en el sector.
LA NUEVA ESPAÑA visitó esta semana el yacimiento y comprobó de primera mano el trabajo de las rozadoras automarchantes en la capa Rosario, la joya de la corona de Coto Cortés. Esta veta, situada en el primer piso de los seis que están en activo en la explotación, cuenta con un frente de arranque de 180 metros de longitud y 45 grados de inclinación; un auténtico tobogán formado por 125 escudos de 1,5 metros.
Este tipo de sostenimiento, como explican Hugo González, ingeniero facultativo de Coto Cortés, y Gerardo Biain, gerente de UMINSA, ha venido a sustituir a los estemples hidráulicos y simula una cámara acorazada de máxima protección para los operarios del taller. Cada uno de estos escudos pesa 10 toneladas y tiene un radio de acción de hasta 3,60 metros. Se trata de entibaciones autodesplazables ideales para capas de gran potencia, como ocurre en Coto Cortés.
Los buenos resultados obtenidos hasta el momento con este sofisticado sistema de extracción han resultado determinantes para que la empresa haya decidido invertir más de 30 millones de euros en la reprofundización de la explotación.
«Cualquiera se puede imaginar el trabajo que supone introducir esta maquinaria en la mina. Sólo capas de más de medio kilómetro de avance garantizan la rentabilidad de la operación», subraya Biain. El mérito de este reto tecnológico reside en que hasta hace poco no había mecanismos de automarchante (las rozadoras se guiaban sobre un raíl o Panzer). Hullas de Coto Cortés es pionera mundial en la aplicación de entibaciones autodesplazables en talleres pronunciados.
Este ambicioso proyecto, que prevé extraer anualmente un millón de toneladas y crear 425 puestos de trabajo, hasta situar la plantilla en torno a los 700 mineros, consistirá en construir un túnel similar al de una carretera, pero con pendientes medias del 10 por ciento, comunicando el exterior con los tajos mecanizados. Las rozadoras arañarán la capa de carbón, las cintas transportadoras lo conducirán a los silos y los camiones recogerán la producción en el interior del túnel para conducirla al lavadero.
Esta ampliación dará acceso a dos nuevos niveles de explotación por debajo de la planta cero y permitirá asegurar nuevas reservas de carbón, de unos 20 millones de toneladas, garantizando el futuro de la compañía para, al menos, los próximos 25 años. «Aquí hay todo el carbón que se quiera y más. Lo complicado es sacarlo», asevera Hugo González.
Si todo sale según lo previsto, las obras arrancarán este verano. Cuando concluyan, dentro de 25 meses, se prevé que la productividad sea de 1.500 toneladas por trabajador, el triple de lo habitual.
Fuente: LNE
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